viernes, 4 de enero de 2008

Maderas verdes, por Jorge Di Paola

"Se acerca la navidad, una buena época para evocar nuestra civilización, marcada por 2000 años de cristianismo. Si alguien es ateo o hereje, no lo es en abstracto; es un ateo o un hereje musulmán, porque pertenece a esa cultura, o un ateo o hereje cristiano, por una razón equivalente.
En época acaso de luchas de culturas acaso sea bueno pensar un poco en la nuestra, a la cual se le objeta un decrecimiento de la fe. Eso está cambiando. Se dice que nadie es ateo, que al morir nos encomendamos a Él.
Feliz Navidad, lectores.

Jorge Di Paola

Maderas verdes


No hay piedad en el mundo porque el madero estaba verde
Así no se puede crucificar,
Se vencen los clavos
Y los agujeros de los clavos dejan pasar los dedos.

Si nuestro Dios no muere,
No hay salvación

Tan solo es un hombre que no puede
Resucitar entre los muertos,
Lo van llevando hacia una muerte suave,
Hacia el largo suspiro de un viejo longevo,
Que se inclina apenas a la altura de los maderos
Verdes
En posición de caída, bajo las ramas vencidas.

Lo escoltan verdugos incapaces
Los clavos rebotan
La lanza no lo hiere

El madero está verde
El fuego no arde
El humo ciega.

Lo azotan con el látigo sin cuerda,
Lo coronan sin espinas
Lo arrastran sin caída
Lo escuchan distraídos

Dicen que este hombre no es peligroso,

Dicen que carga una cruz de ramas
Que nadie se lava las manos por él,
Dicen que en la sinagoga calló

Que quieren ayudarlo
Porque llora por Lázaro,
Porque no le alcanzan
Los peces y los panes ni el vino
Porque se hunde en las aguas del Mar muerto.
La lepra perfora la carne de sus fieles
Y los ciegos tropiezan en la claridad.

Pero algunos estacionan maderos en las sombras y esperan,
Esperan que el padre lo abandone por fin.
Que el hijo se indigne
Que los leños estén secos,
Que los cielos truenen.

2006-12-26


* introducción y poema de Jorge Di Paola, extraído de www.tandil.gov.ar

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