sábado, 31 de mayo de 2008

Presentación de "Elegías" (Ediciones Al Margen) *, de Horacio Fiebelkorn

1. Como se sabe, la elegía es un subgénero de la lírica que designa a todo poema de lamento o poema triste. La actitud elegíaca consiste en lamentar cualquier cosa que se pierde: la ilusión, la vida, el tiempo, o un ser querido. En este texto de Horacio Fiebelkorn, el tercero después de “Caballo en la Catedral” y “Zona muerta”, se despliega el concepto de Elegía como una sub-norma personal, sujeta a los objetos de deseo del poeta. “Elegías” consigue ante todo una referencia provisional al tiempo que encontramos en la vida cotidiana, es decir, al tiempo de los afectos que es el tiempo del mundo. Es allí donde Horacio demuestra que sus imágenes pueden ser modeladas desde sitios diferentes a la estructura tradicional de la imagen. Será por eso que él, junto con el chileno Jesús Sepúlveda son los representantes directos de lo que se denomina realismo onírico. "(…) la aliteración y la sonoridad de las palabras, para lo cual me apropio del neobarroco, que se fundamenta justamente en la melopeya poética. Es lo que el argentino Horacio Fiebelkorn ha bautizado como 'Realismo Onírico'”. Esto es lo que reproduce el propio Sepúlveda sobre su poesía, en una entrevista reciente, y es el mismo término aplicable a la poesía de Fiebelkorn.


(sólo porque es MUY AMIGO MÍO, coloco esta insignia que no me pertenece. Please, triperos)

Por medio de la palabra las “Elegías” de Fiebelkorn soportan cualquier escena del dolor que se encuentra amenazada a todo lo largo del libro: por eso se mantiene latente la ausencia y la dislocación del espacio-tiempo, producto de esas pérdidas. No sé si otro autor podría haber trabajado tanto para borrar con la escritura momentos semejantes. Porque una escena de “Elegías” vale para ilustrar un discurso que no es realmente una escena, sino un valor agregado que sólo la lírica disputa con la promoción de la memoria.
Si “Caballo en la Catedral” y especialmente “Zona muerta”, están construidos sobre una tajante agresividad de la voz, y en una clara exploración de la inmediatez del sentimiento, el caso de “Elegías” es por demás distinto: sus textos perfeccionan esa entrada en materia poética, obligando al poeta a testificar por encima del artificio. Fiebelkorn ya no decora los pasajes de sus textos con su acertado cinismo, aunque no deja de reírse, ahora puede recobrar las fuerzas y emocionarnos, volverse más vulnerable que antes. En “Elegías”, el núcleo de la risa lleva una matriz martirizada por los impactos de un sujeto que escribe y que por eso se vuelve necesario.

2. En el libro existe un texto en particular: “Una radio bajo el agua”. No se trata sólo de un gran poema, fragmentado, facetado, que robustece el poemario a la vez que le otorga a la obra su carácter definitivo; se trata de un poema generacional, es decir, un texto que todo lo incluye. Los recuerdos de un Fiebelkorn de 10 años, suponemos, se presentan anegados, con la voz interceptada por la dificultad de un habla subacuática, pero en formato de radio. Nadie está ahogado, a pesar de la inconveniencia de la emisión. El poeta sigue emitiendo; el poeta Fiebelkorn es un sobreviviente que reconoce que aquello presentado como ahogado todavía merece un proceso de reanimación. No se trata de presentarnos la esperanza (término que en literatura sigue haciendo estragos estéticos), sino de explorar con otros ojos el mismo camino que antes sólo ofrecía caídas inconcebibles. En los fragmentos o micro-poemas que conforman “Una radio bajo el agua” se constata esta relación, o más bien “puente”, como diría el propio Fiebelkorn, entre lo real y lo onírico: siempre existe un “ojo hacia afuera y otro que mira hacia adentro”, y en ese cruce empastado de inconvenientes es donde sucede el hecho estético para Horacio. Un emisor, en este caso una radio, que sigue narrando a pesar de estar hundida, consigue trabajar nuevamente un leitmotiv muy caro a la escritura de Fiebelkorn, que es la presencia de “lo submarino”. Lo submarino es su propio modo de percibir no sólo la realidad, sino la eficacia de la escritura. Fiebelkorn, por eso mismo, es un escritor que nada, lo que lo emparenta, aunque sea por poco tiempo, con algunas imágenes salidas de esa nada acuática que escribiera Héctor Viel Temperley. La diferencia de creencias superficiales entre ambos poetas, no nos preocupa, por el momento.


3. Existe también un procedimiento en estos textos de Horacio Fiebelkorn que también convendría revisar, para saber sobre qué cosa estamos hablando.
Las “Elegías” de Horacio Fiebelkorn no formalizan un duelo, ni un dejà vu, sino que comportan una afectividad atravesada por la invalidez. ¿Qué queremos decir con esto? Que cada poema nos interesa en la cavidad de una historia que sucede, no que comienza, sino que está a medio camino de proceder. Las historias siguen siendo historias a pesar de no conocerse la totalidad de ellas. De esta manera, Fiebelkorn entiende que el relato no es historia completa y sí una suma de acontecimientos que pueden mostrarse como partículas de un gran relato personal. Así, el relato inválido lo es, porque su valor de verdad está siempre amenazado. Por eso, estos poemas apelan a la franquicia de la imaginación para manifestarse como “parientes” de una gran pregunta, que es todo un procedimiento del realismo onírico, y que está cifrado en el epígrafe del libro: “¿Saben los muertos qué hora es?”. La cita pertenece a Kenneth Patchen, autor norteamericano que Horacio conoce como pocos. Pero bien, nuestro autor desarrolla no una respuesta a esa pregunta de Patchen, pero sí la etiología de esa interrogación, es decir, entiende las causas por las que, en el origen de esa pregunta tan incómoda, está el movimiento de una escritura: ¿Saben los muertos qué hora es? Se trata de una pregunta formulada por una persona en vida que no sale de su asombro. Desde ya, los muertos no conocen la hora porque no importa conocerla, hasta donde nosotros sabemos. Lo que se involucra en las “Elegías” es el conocimiento que tengan los ausentes del valor temporal de una vida que dejaron y que la pregunta de Patchen parece prolongar. Lo único que puede hacer la poesía para zanjar ese cruce de intereses es apelar a la imagen, a través de la palabra del escritor, y decidir quién habla. Gadamer, al referirse al mecanismo de elocución en la obra de Paul Celan, aseguraba que el Dios de ese poeta, reflejado en sus textos, decide ser hablado. No digo con esto que Fiebelkorn es “un pequeño dios” huidobriano que toma la palabra desde el desconocimiento, pero sí se puede inferir que el trabajo de “Elegías” es la interlocución por interpósita ausencia. El escritor que habla, pone en boca suya la pregunta de Patchen en un círculo sin solución, con la salvedad de que quien habla es un protagonista de un mundo cuya oscuridad le pertenece. En ese sentido, el texto de Horacio es “un éxito de lo imprevisible”, al decir de Luis Chitarroni. Nadie puede prever que los ausentes hablen, pero igual hay que estar preparados para contestarles. Eso parecen decir los poemas de este libro.


4. En otro texto emblemático, “Cuando llega la muerta”, la aparición trae consigo la cancelación del habla. Es el aire mismo en forma de venda quien releva al poeta de urdir un relato rectilíneo y autorizado; Fiebelkorn siempre fabuliza sobre esos momentos donde la sangre se afloja y las paredes se vuelven más frías. Tres símbolos móviles salen de la superficie del inconsciente para inscribirse como poema, tres palabras que son, ahora sí, un puente entre lo real y lo onírico: el azafrán, el almidón Colman y el membrillo. En estos tres mandatos que formalizan un mandado y una travesía a un almacén de cualquier chico en una infancia repetida, sin embargo se incluyen como una condena sobre la memoria.
“Elegías” nos enseña que no hay puntos de vista sobre las cosas, sino que las cosas, son en sí mismas puntos de vista. El texto de Fiebelkorn se abre a una divergencia que afirma, y en donde cada término se convierte en un medio de ir hasta el final del otro. La perspectiva es un arte más profundo que el punto de vista que circunstancialmente pueda tenerse: porque la divergencia deja de ser un principio de exclusión, y la disyunción, de ser un medio de aislamiento. Lo incomprensible, según se diría, es ahora un medio de comunicación y tal vez una poética.
En estos poemas, la escritura se problematiza, al tiempo que recobra su carácter de improcedente. Lo improcedente en Fiebelkorn no debe escucharse como “inconveniente”, porque en verdad hablamos sobre aquello que no procede ni conoce su origen. La poesía de Fiebelkorn, en ese sentido, ocurre desde sitios indiferenciados, a pesar que pueden rastrearse algunas de sus influencias.
En su famoso manifiesto, Projective Verse, publicado como panfleto en 1950, Charles Olson proponía un verso abierto que aspiraba transferir la energía del mundo directamente al lector, sin ninguna mediación artificial. Fue el sonido lo que plasmaba la sintaxis, y el significado se comunicaba mediante las percepciones, sin privilegiar el raciocinio. Así, la recepción del lector se dirigía por el espaciamiento libre entre las palabras y los renglones en la página. Esta poética del Black Mountain School influyó fuertemente en los escritores Beat, como Allen Ginsberg y Lawrence Ferlinghetti; en la poesía y la política editorial de Margaret Randall y Sergio Mondragón de “El Corno Emplumado”, quienes tradujeron a Olson y Robert Creeley y, sobre todo, a Clayton Eschleman, quien era amigo personal de Robert Duncan, David Antin, y el primer Jerome Rothenberg, por ejemplo. Toda esta propuesta creativa cuaja como una emulsión gourmet en la poesía de Horacio Fiebelkorn, consiguiendo en “Elegías”, un sincretismo de estilos propios y ajenos, es decir, doblemente propios.



5. Ahora bien: imaginemos que el mundo de Fiebelkorn está formado de pequeñas partículas sobre un plano. Esas partículas se agrupan según movimientos, o flujos de movimiento y de reposo. Suponiendo que cambia la relación de movimiento y de reposo, ellas pasan a otro objeto, por no decir objetivo, que en este caso sería una transferencia neta: de la escritura al lector. Este es el primer punto, y el último, porque la devolución se realiza en otro plano. Una devolución que es, por cierto, un incesante aplazamiento de pisar el territorio seguro. La muerte es un dominio inseguro, aunque en estos poemas aparezca en forma de resumida tragedia de sonidos. Por eso Horacio escribe contra la Nada, contra el silencio, contra lo que Elías Canetti, citado por José Kozer, llama “el escándalo de la muerte”. Ese procedimiento de transferencia de recursos, que en el corto plazo es la funcionalidad de una escritura (y en el largo plazo, es la concepción de un mundo), puede darse en otro texto emblemático de este libro, y es el que describe el choque de un pájaro con un palo.
El texto comienza diciendo: “Un pájaro pega en el palo”. Bien, más que un accidente aéreo, parece ser un desplazamiento de la variable oral: “pegó en el palo”, es decir, alguna cosa que estuvo muy cerca de perder su condición, cualquiera fuera, o aquello que pudo ser catastrófico. Pero bien, versos más adelante se nos dice que se quiere conocer qué sucede con el cruce “entre un pájaro y un palo”. Todos preguntan por el pájaro, pero en verdad el poeta describe con la íntima razón de que alguna información se guarda, o sencillamente no puede decirla. Como no dice sino sólo pregunta, ejerce su poder interrogando por el vuelo, por la marca dejada en el palo, por el origen de eso que, con el correr del poema, ya no sabemos si es un pájaro. El final del texto muestra su última imagen huidiza: nadie conoce la música que se produce en un choque semejante. Es decir: este texto demuestra que la escritura para Fiebelkorn es una permanente degradación de referencias. No importa cómo suceda una primera imagen, porque la poesía interviene para desacomodarla, desmentirla, triturarla, y si es posible, regresarla a su primera condición de sentencia activa.


6. Algunas nociones sobre el oficio después de leer el libro de Horacio:
El lenguaje no es una fórmula. El lenguaje poético tampoco. El lenguaje no formula por sí mismo una escritura.
La escritura no contradice la noción de estilo, pero no la completa. El estilo reúne dos partes de una misma matriz: la escritura como invención, y la escritura como intervención.
La invención trabaja sobre un régimen de convención, cuyo principal obstáculo es la invención misma. Para que una invención tenga lugar como lenguaje poético, debe aplicarse un movimiento de flujos. Tal como llega, debe retirarse. Bajamar, pleamar. Pero una pleamar lo más alta posible, con el fin de garantizar un recogimiento de la fábula, del mundo creado.
La invención más prolongada debe dar paso a un sedimento atravesado por un suelo real.
La tautología de la invención corroe cualquier principio de estilo en literatura. La invención en poesía es prevención contra la retirada de la imaginación. La realidad es parte de cualquier lenguaje poético, pero oculta, como magma. La tautología de la realidad impide que haya estilo.
La poesía es una construcción contra la realidad, constituida por la realidad. Aquí no hay principio de contradicción, sino una simultaneidad de proposiciones. Lo simultáneo en poesía en la convergencia de principios con los que el lenguaje poético domina una condición básica de la poesía: la intervención.
Intervenir es interesar, penetrar. En ese “atravesar”, la poesía borra los vínculos con el lenguaje tal como lo conocemos. La poesía no comunica. La poesía no informa. La poesía remueve el lenguaje hasta ordenarlo en una nueva secuencia lógica.
En las grietas del lenguaje normativo se cuela el lenguaje poético como formulación ahistórica, diacrónica, agramatical. Por lo que la poesía propone leerse desde la no validación de un discurso. En esos surcos que el lenguaje narrativo nos deja como conexiones parentales del recurso lógico, la poesía recoge las sobras de un mecanismo y las traduce en variables de construcción.
El libro de Horacio no formula estos conceptos deshilachados, pero los provocó. Culpen al poeta, no al presentador.


7. Para finalizar, una última reflexión. La poeta uruguaya Silvia Guerra le preguntaba a Francisco Madariaga (para Hispanic Poetry Review) si la poesía “era una percepción del mundo”. El poeta correntino, muy indulgente, claro, con semejante pregunta, le contestó que sí, aunque aclaró que se trataba de una definición general; porque en verdad, pensaba Madariaga con criterio, “las percepciones, son caprichosas, tienen muchos matices, etc.”. Madariaga creía que la percepción de un mundo está ligada a la unión de la imagen con la reflexión y la experiencia. Esto que parece una definición de manual, no lo es en modo alguno, porque Madariaga debe haber escrito y reflexionado mucho para darnos una definición que podamos repetir, a falta de una propia. ¿A qué vamos con todo esto?
Creo que a partir de estas “Elegías”, Horacio Fiebelkorn comienza a acomodar sus posibles definiciones sobre su percepción del mundo, sobre el manejo de la imagen, sobre el funcionamiento del recuerdo, del tiempo, de la mirada creadora, etc. Esto no significa que antes de escribir este libro no tuviera opinión propia sobre cuestiones literarias (cosa que me consta, desde ya), pero cuando un escritor, y un poeta, en este caso, consigue elaborar una obra de semejante solidez, entonces, se amplifica naturalmente su mirada sobre su la escritura. Y con estas “Elegías” gana un terreno que pocos poetas se atreven a crear: escribir sabiendo que en toda tragedia existe un sonido que la sostiene, y ese parece ser uno de los estados por el que la conmoción encuentra su cauce en esta obra. Puede afirmarse que “Elegías” es un excelente libro, y es tan cierto como que conmueve. No es sencillo conmover al lector, y participarlo de la experiencia con pérdidas propias. Horacio lo logra y ése es su plus de calidad.


M.A.


*Leído el 30 de mayo de 2008, en el Centro Cultural Islas Malvinas, de La Plata.


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Selección de poemas de "Elegías", de Horacio Fiebelkorn (La Plata, 1958)



Cuando llega la muerta

Cuando llega la muerta
el aire es una venda que me tapa la boca.

Todo se vuelve morado, el mínimo ruido
repite su señal y se fija en el centro: más fría
es la pared que toco, más floja
es la sangre.

"Azafrán, un kilo de harina,
almidón Colman, y no te olvides
del dulce de membrillo", dice, con su voz
de encierro. Cuando llega
corro en busca de un crimen
que justifique esta condena.

Cuando llega la muerta el viento
trae hacia mí a todos los suicidas, y soy
un hijo del cero, la mitad de un labio,
la pregunta.


El temporal levantó los techos

El temporal levantó los techos,
cambió los ruidos de lugar,
barajó caras, pasos, nadie
levantó la mano. Pronto llegará el frío,
más vale reunir hojas para el fuego
antes de acariciar los bloques húmedos
o dibujar una cara en la arena de la plaza.
A la hora del fastidio y los despertadores
la noche guardará su música para el cuadro siguiente.
Nada más que el agua bajo los pies que me llevan
a ninguna parte.



En sus relojes hay nombres

En sus relojes hay nombres
y no números. Marcos, Leticia,
Guillermo, Dora, Horacio, Nicolás,
Omar y sigue la ronda. Ellos no usan
palabras ni mediciones temporales.
Más bien marcan del espacio el límite
y un buen día, en sueños, pueden saludar
del otro lado del vidrio.


Si cierra los ojos

Si cierra los ojos ahora mismo
los chicos quedarán a oscuras.
Nadie más hablará de guitarras.
No más ventana de los naranjos.
Un plato de menos en la mesa.
La resaca del sol se traga otro fantasma
si ahora mismo cierra los ojos.


Todavía

Todavía está por responder una pregunta
hecha dos décadas atrás, que lo dejó
paralizado.
Con un poco de suerte, en quince años más
podrá explicar lo que le ocurre
esta misma noche.


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Una radio bajo el agua

Una radio bajo el agua
dice un relato. Una radio
bajo el agua en Old Trafford.
Junto a ella descansan
un pantalón, restos de muñecos,
una bicicleta, una pelota, un cartón
con la foto de cuatro hombres
cruzando una calle.
Uno de ellos va descalzo.


Bajo el agua un espejo
devuelve todo el sueño.
La radio suspende el relato,
una voz llama a refugiarse.
Van saliendo burbujas
de una estufa a kerosene, exhala
un olor a eucaliptus.
Pero ¿no es una tarde de verano
y un auto atraviesa un temporal
en el sur de alguna parte? El padre
maneja y escucha la pelea
de Acavallo contra un japonés.
La madre mira fijo la ruta,
el hijo más grande se sueña
despierto en historietas,
el más chico duerme.


Ahora alguien huye
en la bicicleta, pedalea
contra el viento hacia el río.
Aquel cartón se parte en cuatro pedazos.
A uno lo acribillan, a otro lo apuñalan,
un tercero se mete en un cine,
sólo el cuarto dice
lo que fue y lo que queda
junto a los árboles del fondo.


El agua se oscurece con la figura
blanca del pelo negro que clava
un cabezazo al fondo de la red.
Todo se revuelve. Cruce de cartas.
Alguien dice: “El año que viene, por ahí”.
Le contestan. “Mamá está cada vez más loca”.
Otro mira y no dice nada, porque nunca
nada, pero recuerda que una vez
mandó una carta a un prestigioso matutino.


Escuchen cómo habla esa radio muerta.
Hace bailar al cadáver del muñeco,
hace picar la pelota sobre las hormigas.
Habla porque está muerta,
por eso lo que dice
raspa y mueve.


Tan animal como el caballo del lechero.
O el que estaba detrás del alambrado,
con los tranvías que callaban, y todavía
no había monoblocks. La bestia
mascaba pasto frente a un chico
detrás del alambre. O tal vez
como el caballo del cuadro
de la casa parroquial. Ese que iba
sobre el mar y se lanzaba
sobre una mano gigante que interrumpía
la tormenta. O el que estaba echado
en un cuarto secreto entrando por detrás
de la catedral. Pero eso no podrá saberse,
no hay testigos,
ya se fueron y cerraron todo con llave.



Llegaron por la ventana esa noche,
era verano y no podías dormir.
Te sacaron del cuarto para llevarte
de paseo en su máquina voladora.
Desde allí miraste la ciudad, sus luces,
con el rumor de voces de otra parte.
Luego del paseo te devolvieron a la cama.
Cuando se fueron, tus ojos seguían abiertos.
Después te rendiste, con la sospecha
de que algo hubo, algo como un soplo,
casi como nada. No fue posible
olvidar ese vuelo nocturno
sobre la ciudad dormida.


Un pájaro pega en el palo.
En las avenidas, bajo los árboles,
en los caminos de cintura,
quieren saber qué pasa con el cruce
de un pájaro y un palo,
qué fue del pájaro después del palo,
qué quedó del vuelo, dónde
cayó lo que volaba, qué marca en el palo
dejó aquello que venía y sacudió el aire,
quién puso ahí ese palo, cómo fue,
de dónde vino lo que se estrelló.
Nadie vio nada, nunca se sabe
qué música suena
en el cuerpo de un pájaro
que pega en el palo.


En el camino a la ciudad
no hay más que murmullos
tallados desde aquella vez que fueron
rugido y gritería, victoria,
tráfico atascado bajo las arboledas.
En el agua se apaga el relato,
encanece la voz,
los muñecos se mueren
una piedra abre el charco en miles de círculos.
En menos de un minuto se evapora
y un zapato aparece en medio del barro.
Pero otra vez el cielo echa sombra.
Otra vez comienza a llover
sobre el estadio vacío.


La cabellera verde toca el agua,
sus puntas mojadas son tenaces ante el viento
que peina y despeina.
El agitarse del pelo, el cuello frágil que detiene
toda mirada, todo movimiento
en la siesta. Sólo falta
una mariposa: cuando suceda
el mundo podrá dormir.
La espera es una cabellera verde
que toca el agua. El viento sigue
y la vigilia es la única que canta
lo que silba el deseo.

miércoles, 28 de mayo de 2008

Alejandro Romualdo (1926-2008)

El director del Instituto de Medicina Legal, Luis Bromley, informó que se viene practicando en la Morgue de Lima una necropsia al cadáver del poeta Alejandro Romualdo.
Estos estudios se realizan para saber las razones de su deceso, ya que su cuerpo fue encontrado sin vida esta madrugada en su casa del distrito de San Isidro. El cuerpo estaba tendido sobre el piso de su dormitorio, en medio de revistas y libros regados a su alrededor.
Bromley detalló que se están haciendo estudios biológicos, toxicológicos, hematopatológicos y antropológicos para identificar con certeza el motivo del fallecimiento.
Para los familiares, que descubrieron su deceso, declararon no creer que el poeta haya muerto como consecuencia de un suicidio o enfermedad, y añadieron creer que pudo ser víctima de un asalto.
De su obra recomiendo por lo menos dos libros: Canto Coral a Túpac Amaru y el ya clásico Cuarto mundo (existe una edición argentina por Losada, del año 1972). Lo que sigue es una lectura del poeta peruano Alejandro Romualdo, dentro de la serie "Retratos", realizada para la televisión estatal peruana. De ese programa, Fernando Obregón Rossi encontró en internet la lectura del poema La Infancia, perteneciente al libro La torre de los alucinados (1951):


Video extraído del sitio www.sol-negro.blogspot.com, del amigo y excelente escritor Paul Guillén.

lunes, 26 de mayo de 2008

¿París también fue a la fiesta de Rosario?

El Párroco de Azul dijo que "hay que perdonar a Videla"

En una entrevista emitida en FM Del Pueblo, de la ciudad bonaerense de Azul, el cura párroco de la Iglesia Catedral local, Miguel Ángel París, dijo que "aunque fuera duro" hay que perdonar a Jorge Rafael Videla y al resto de los genocidas de la última dictadura militar, cuyos nombres no pudo recordar.
París había sido consultado sobre cómo se puede perdonar a quien no se arrepiente del daño cometido, y más cuando se trata de delitos de lesa humanidad.
Referentes de organismos de Derechos Humanos de la región se mostraron conmocionados por los dichos.
Por caso, Carmelo Vinci, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) local, consideró "lamentable que un miembro de la Iglesia haya hecho esas declaraciones", y señaló que los organismos "no están con el perdón, sino con la Justicia".
El referente de la APDH agregó: "Es imposible que podamos perdonar hasta que no se hayan hecho cargo de los crímenes cometidos".
Por su lado, ese organismo de Azul se pronunció en el mismo sentido: repudió "las expresiones vertidas por el cura párroco de la Iglesia Catedral" y consideró que "sostener semejante discurso constituye una afrenta y una provocación a la humanidad toda, al Estado de derecho, a los familiares de las víctimas y a las víctimas sobrevivientes del genocidio argentino, como también una ofensa a la difícil y larga lucha que se viene sosteniendo en procura de la memoria, la verdad y la justicia".

miércoles, 14 de mayo de 2008

Con frecuencia suelo escuchar a Eric

ENTREVISTA CON ERIC BURDON (1994)
Por Pedro Pérez
Aparecida en el DIARIO DE ALCALÁ, el 5 de Octubre de 1994.

-Después de todos estos años dando conciertos, ¿por qué sigue cantando sus viejas canciones, en lugar de las nuevas?
-Es porque soy un prisionero de los años 60.
-¿Usted o la gente?
-Los dos. Esta música está bien para los tiempos que han sido y estos tiempos han durado mucho tiempo. Yo puedo desarrollarme como cantante con cualquier canción que ponga a cantar en mi mente. Lo primero es que no cantaría una canción que no me gustase. Pero es que las antiguas canciones de The Animals y The New Animals que hice en California me permiten ir a donde quiero. Cuando me preguntas por qué canto las viejas canciones, no pienso en ello. Simplemente las canto. Es como un ejercicio que me hace más fuerte como cantante. Y además me da dinero. Y esto me permite hacer y decir lo que quiero hacer y decir.También los periodistas te hacen mirar hacia atrás. Pero ahora me siento mejor que nunca. He aprendido muchas cosas y estoy preparado para poner mis sentimientos en canciones durante los próximos meses.
-El último disco grabado en directo "Access all areas", es muy bueno, pero se echan de menos canciones del estilo del LP "Sun Secrets" que no es muy conocido.
-"Sun Secrets" es el ejemplo de un disco que tú ves en las tiendas, lo compras y te lo llevas a casa. Abres la funda y ves que es muy diferente a lo que has oído de mí.Este disco se grabó probando un equipo móvil que compré con el grupo. Queríamos ver como funcionaba y grabamos las pruebas en cintas. Cuando me separé de ellos, ganaron un juicio y se quedaron con todo lo que grabé. Me grabaron incluso cuando iba al baño. Es un disco que nunca debió de salir a la calle.Los negocios son así y yo no pretendo ser lo bastante buen negociante como para tener esto bajo control, no. Es por lo que me está llevando mucho tiempo la producción del próximo disco.También tengo que mantener la fama en un nivel, porque quiero tener mi vida privada. Me encanta estar solo. Mi soledad vale más que ninguna otra cosa. Estoy casado con el blues y con la música. Incluso cuando una mujer vive conmigo tiene que entender que para mí la música es lo primero. Es por lo que no se quedan. Es por lo que vivo solo. Aunque tengo una hija y dos nietas.Me siento un privilegiado por estar como estoy y por haber llegado hasta aquí. Muchos de mis amigos están muertos.
-Hablando de amigos, ¿a usted no le gusta hablar de Jimi Hendrix?
-Realmente no, pero puedo hablar de su música.
-De acuerdo, hábleme de su música.
-Pienso que cuando tocas blues, lanzas acordes a mucha gente de muchos lugares. Esta es la magia de esta música.Para mí el aspecto más importante de la música de Jimi es que apareció en un momento en el que cientos de miles de jóvenes estaban alterando sus conciencias con las drogas y la mente de todos estaba abierta. Mientras la flor está abierta el sol necesita brillar, y Hendrix apareció como el sol. Él fue el sol que brilló sobre la flor cuando estaba en su máximo esplendor, y se fue cuando se cerró de nuevo, en un abrir y cerrar de ojos.La música de Hendrix tenía un efecto mágico sobre las mentes como cuando tomas LSD. Esto unido al poder que tenía, primero porque su música estaba basada en el blues, después porque era sexual, erótico y era negro. Venía de otro lugar. De un lugar lejano. Saltó desde lo alto, de izquierda a derecha como un super jugador de fútbol y metió un gol desde lejos. Un gol perfecto.
-Con Jimi la música y él estaban allí, lejanos en el escenario. Con usted la música está próxima a la gente. Creo que en la atmósfera de un gran concierto con mucha gente, es difícil sentirse próximo.
-Sí, es la estructura. Esta música de la que estamos hablando, empezó en clubs. Nació en pequeñas reuniones. Los moteles en América son un gran símbolo en sí mismos. Los moteles, los cruces de carreteras.Es por lo que muchos jóvenes se han enamorado de esa mitología de Robert Johnson, Elmore James... Pone una película de Hollywood en la cabeza de la gente. Es por lo que estoy contra la MTV. Te sorbe el cerebro y te dice con qué tienes que sustituirlo. Es un plan monstruoso para tenernos a todos muy arreglados, yéndonos a la cama a las 10 y levantándonos a las 6 por la mañana. Estamos en unos tiempos que dan miedo, con cualquier presidente hablando de "nuevo orden". Adolf Hitler fue la última persona que dijo esto.







Eric Burdon cantando el soulero Hold on I'm Comming, en un programa conducido por Otis Redding, quien es justamente el que lo presenta. Como Otis crepó en 1967, suponemos que, más allá de los logros de la ciencia, Eric fue presentado por una persona de carne y hueso.

martes, 13 de mayo de 2008

Carta Abierta*

APOYO DE INTELECTUALES AL GOBIERNO EN EL CONFLICTO CON LOS PRODUCTORES DEL AGRO

Personalidades vinculadas a la cultura, la educación, el periodismo y las ciencias expresaron un decidido respaldo al Ejecutivo.
Fue en el marco del lanzamiento de un espacio de "debate y reflexión" en torno "al preocupante clima político que se ha instalado en la Argentina", a raíz del lock out patronal del sector agrario.
Del lanzamiento del espacio, presentado este martes en la librería Ghandi, participaron personalidades de distintos ámbitos, entre ellos, el filósofo José Pablo Feimann; la actriz, Cristina Banegas; el periodista, Horacio Verbitsky y el actor y diputado nacional, Claudio Morgado. También estuvieron Ricardo Forster, Federico Schuster, Oscar Baradel, el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, Eduardo Jozami, entre otros.
Durante el lanzamiento del grupo de personalidades autoconvocadas, que ya viene realizando encuentros todos los sábados en la Biblioteca Nacional se dio lectura a la "Carta Abierta", presentada días atrás que lleva la firma de 750 profesionales de la educación, el periodismo, las ciencias, el cine, las artes y la literatura, entre otras disciplinas.



CARTA ABIERTA
"Como en otras circunstancias de nuestra crónica contemporánea, hoy asistimos en nuestro país a una dura confrontación entre sectores económicos, políticos e ideológicos históricamente dominantes y un gobierno democrático que intenta determinadas reformas en la distribución de la renta y estrategias de intervención en la economía. La oposición a las retenciones -comprensible objeto de litigio- dio lugar a alianzas que llegaron a enarbolar la amenaza del hambre para el resto de la sociedad y agitaron cuestionamientos hacia el derecho y el poder político constitucional que tiene el gobierno de Cristina Fernández para efectivizar sus programas de acción, a cuatro meses de ser elegido por la mayoría de la sociedad. Un clima destituyente se ha instalado, que ha sido considerado con la categoría de golpismo. No, quizás, en el sentido más clásico del aliento a alguna forma más o menos violenta de interrupción del orden institucional. Pero no hay duda de que muchos de los argumentos que se oyeron en estas semanas tienen parecidos ostensibles con los que en el pasado justificaron ese tipo de intervenciones, y sobre todo un muy reconocible desprecio por la legitimidad gubernamental.
Esta atmósfera política, que trasciende el «tema del agro», ha movilizado a integrantes de los mundos políticos e intelectuales, preocupados por la suerte de una democracia a la que aquellos sectores buscan limitar y domesticar. La inquietud es compartida por franjas heterogéneas de la sociedad que más allá de acuerdos y desacuerdos con las decisiones del gobierno consideran que, en los últimos años, se volvieron a abrir los canales de lo político. No ya entendido desde las lógicas de la pura gestión y de saberes tecnocráticos al servicio del mercado, sino como escenario del debate de ideas y de la confrontación entre modelos distintos de país. Y, fundamentalmente, reabriendo la relación entre política, Estado, democracia y conflicto como núcleo de una sociedad que desea avanzar hacia horizontes de más justicia y mayor equidad.
Desde 2003 las políticas gubernamentales incluyeron un debate que involucra a la historia, a la persistencia en nosotros del pasado y sus relaciones con los giros y actitudes del presente.
Un debate por las herencias y las biografías económicas, sociales, culturales y militantes que tiene como uno de sus puntos centrales la cuestión de la memoria articulada en la política de derechos humanos y que transita las tensiones y conflictos de la experiencia histórica, indesligable de los modos de posicionarse comprensivamente delante de cada problema que hoy está en juego.
En la actual confrontación alrededor de la política de retenciones jugaron y juegan un papel fundamental los medios masivos de comunicación más concentrados, tanto audiovisuales como gráficos, de altísimos alcances de audiencia, que estructuran diariamente «la realidad» de los hechos, que generan «el sentido» y las interpretaciones y definen «la verdad» sobre actores sociales y políticos desde variables interesadas que exceden la pura búsqueda de impacto y el raiting. Medios que gestan la distorsión de lo que ocurre, difunden el prejuicio y el racismo más silvestre y espontáneo, sin la responsabilidad por explicar, por informar adecuadamente ni por reflexionar con ponderación las mismas circunstancias conflictivas y críticas sobre las que operan.
Esta práctica de auténtica barbarie política diaria, de desinformación y discriminación, consiste en la gestación permanente de mensajes conformadores de una conciencia colectiva reactiva.
Privatizan las conciencias con un sentido común ciego, iletrado, impresionista, inmediatista, parcial. Alimentan una opinión pública de perfil antipolítica, desacreditadora de un Estado democráticamente interventor en la lucha de intereses sociales. La reacción de los grandes medios ante el Observatorio de la discriminación en radio y televisión muestra a las claras un desprecio fundamental por el debate público y la efectiva libertad de información. Se ha visto amenaza totalitaria allí donde la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA llamaba a un trato respetuoso y equilibrado del conflicto social.
En este nuevo escenario político resulta imprescindible tomar conciencia no sólo de la preponderancia que adquiere la dimensión comunicacional y periodística en su acción diaria, sino también de la importancia de librar, en sentido plenamente político en su amplitud, una batalla cultural al respecto. Tomar conciencia de nuestro lugar en esta contienda desde las ciencias, la política, el arte, la información, la literatura, la acción social, los derechos humanos, los problemas de género, oponiendo a los poderes de la dominación la pluralidad de un espacio político intelectual lúcido en sus argumentos democráticos.

Se trata de una recuperación de la palabra crítica en todos los planos de las prácticas y en el interior de una escena social dominada por la retórica de los medios de comunicación y la derecha ideológica de mercado. De la recuperación de una palabra crítica que comprenda la dimensión de los conflictos nacionales y latinoamericanos, que señale las contradicciones centrales que están en juego, pero sobre todo que crea imprescindible volver a articular una relación entre mundos intelectuales y sociales con la realidad política. Es necesario crear nuevos lenguajes, abrir los espacios de actuación y de interpelación indispensables, discutir y participar en la lenta constitución de un nuevo y complejo sujeto político popular, a partir de concretas rupturas con el modelo neoliberal de país. La relación entre la realidad política y el mundo intelectual no ha sido especialmente alentada desde el gobierno nacional y las políticas estatales no han considerado la importancia, complejidad y carácter político que tiene la producción cultural.
En una situación global de creciente autonomía de los actores del proceso de producción de símbolos sociales, ideas e ideologías, se producen abusivas lógicas massmediáticas que redefinen todos los aspectos de la vida social, así como las operaciones de las estéticas de masas reconvirtiendo y sojuzgando los mundos de lo social, de lo político, del arte, de los saberes y conocimientos. Son sociedades cuya complejidad política y cultural exige, en la defensa de posturas, creencias y proyectos democráticos y populares, una decisiva intervención intelectual, comunicacional, informativa y estética en el plano de los imaginarios sociales.
Esta problemática es decisiva no sólo en nuestro país, sino en el actual Brasil de Lula, en la Bolivia de Evo Morales, en el Ecuador de Correa, en la Venezuela de Chávez, en el Chile de Bachelet, donde abundan documentos, estudios y evidencias sobre el papel determinante que asume la contienda cultural y comunicativa y las denuncias contra los medios en manos de los grupos de mercado más concentrados. Es también en esta confrontación, que se extiende al campo de la lucha sobre las narraciones acerca de las historias latinoamericanas, donde hoy se está jugando la suerte futura de varios gobiernos que son jaqueados y deslegitimados por sus no alineamientos económicos con las recetas hegemónicas y por sus «desobediencias» políticas con respecto a lo que propone Estados Unidos.
Reconociendo los inesperados giros de las confrontaciones que vienen sucediéndose en esta excepcional edad democrática y popular de América Latina desde comienzos de siglo XXI, vemos entonces la significación que adquiere la reflexión crítica en relación a las vicisitudes entre Estado, sociedad y mercado globalizado. Uno de los puntos débiles de los gobiernos latinoamericanos, incluido el de Cristina Fernández, es que no asumen la urgente tarea de construir una política a la altura de los desafíos diarios de esta época, que tenga como horizonte lo político emancipatorio.
Porque no se trata de proponer un giro de precisión académica a los problemas, sino de una exigencia de pasaje a la política, en un tiempo argentino en el que se vuelven a discutir cuestiones esenciales que atraviesan nuestras prácticas. Pasaje hacia la política que nos confronta con las dimensiones de la justicia, la igualdad, la democratización social y la producción de nuevas formas simbólicas que sean capaces de expresar las transformaciones de la época. En este sentido es que visualizamos la originalidad de lo que está ocurriendo en América Latina (más allá de las diferencias que existen entre los distintos proyectos nacionales) y los peligros a los que nos enfrentamos, peligros claramente restauracionistas de una lógica neoliberal hegemónica durante los años noventa.
Teniendo en cuenta esta escena de nuestra actualidad, nuestro propósito es aportar a una fuerte intervención política –donde el campo intelectual, informativo, científico, artístico y político juega un rol de decisiva importancia– en el sentido de una democratización, profundización y renovación del campo de los grandes debates públicos. Estratégicamente se trata de sumar formas políticas que ayuden a fecundar una forma más amplia y participativa de debatir.
Nos interesa pues encontrar alternativas emancipadoras en los lenguajes, en las formas de organización, en los modos de intervención en lo social desde el Estado y desde el llano, alternativas que puedan confrontar con las apetencias de los poderes conservadores y reactivos que resisten todo cambio real. Pero también que pueda discutir y proponer opciones conducentes con respecto a los no siempre felices modos de construcción política del propio gobierno democrático: a las ausencias de mediaciones imprescindibles, a las soledades enunciativas, a las políticas definidas sin la conveniente y necesaria participación de los ciudadanos. Una nueva época democrática, nacional y popular es una realidad de conflictos cotidianos, y precisa desplegar las voces en un vasto campo de lucha, confiar, alentar e interactuar.
En este sentido, sentimos que las carencias que muchas veces muestra el gobierno para enfocar y comprender los vínculos, indispensables, con campos sociales que no se componen exclusivamente por aquellos sectores a los que está acostumbrado a interpelar, no posibilitan generar una dinámica de encuentro y diálogo recreador de lo democrático-popular. Creemos indispensable señalar los límites y retrasos del gobierno en aplicar políticas redistributivas de clara reforma social. Pero al mismo tiempo reconocemos y destacamos su indiscutible responsabilidad y firmeza al instalar tales cuestiones redistributivas como núcleo de los debates y de la acción política desde el poder real que ejerce y conduce al país (no desde la mera teoría), situando tal tema como centro neurálgico del conflicto contra sectores concentrados del poder económico.

Todo lo expresado y resumido da pie a la necesidad de creación de un espacio politico plural de debate que nos reúna y nos permita actuar colectivamente. Experiencia que se instituye como espacio de intercambio de ideas, tareas y proyectos, que aspira a formas concretas de encuentro, de reflexión, organización y acción democrática con el gobierno y con organizaciones populares para trabajar mancomunadamente, sin perder como espacio autonomía ni identidad propia. Un espacio signado por la urgencia de la coyuntura, la vocación por la política y la perseverante pregunta por los modos contemporáneos de la emancipación".

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*Esta Carta Abierta fue firmada por Nicolás Casullo, Jaime Sorín, Eduardo Pavlovsky, Horacio Verbitsky, entre otros.

jueves, 8 de mayo de 2008

Postales platenses *



PLATENSES SUFREN REVENTÓN

No es la distancia sino el estupor lo que irá pegándose
a las profundidades. Igual que incidir en sobresaltos
para una existencia que ya es puro contorno (mejor así:
ser previo que excluido). Imprecisa, floja ante tildes,
suya será la pantomima. Mirada exponencial,
pupilar hacia el Cristo: aquel menudo servicio dominical
para platenses; detrás de toda luz encuentro el estampido
de las cosas: hay reflejo, vida semejante, y mientras
se mejora en el aspecto, será constante el “rompan fila”.
El tris en que se licúa una vida, tras ponerse en corto: ¿es?.
Ahora musgos, después paneles, y la experiencia
circulando por una jungla de mallas hasta intoxicarse,
al punto de traducir grafías para estuches de betón.
Hasta el presente se ocupan de su objeto, luego
objetivo; después, objeción. Más tarde obstáculos.

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CIELO JABONOSO Y PRIMEROS AUXILIOS

Al incrementarse el dolor, un grito agrupa todo
ser, porque sí congela. Cualquier dolor, una milésima
de tormento y espacios en la tarde: asiste la puntada.
Y no hay otra cosa por hacer si la enfermedad
es agua en un instante jamás facsímil, desemejante.
Es el sentido que regresa a la idea, y así comprender
que estuvo junto a nosotros, relajada, durmiendo
en la inconsciencia, puesta hasta en los momentos
de mayor hidratación, siempre. Que lo habitual
no incorpora, sino es creyente de las costumbres
como un patrono sponsorizado por el individuo.
Y bien: entendemos como fascinante nuestras vidas.
Lo que vivimos allí, la plenitud del instante, es muy
pequeño para incorporarlo a la memoria. Lo neutro
nace huérfano cuando aplaca y revienta, a la caza
del testigo. Dícese: la rápida matriz de una pompa.


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UN CUADRILÁTERO VENIDO DE LEONARDO ES UN PATRIMONIO IMPOSIBLE

Walcott, si en el principio fue el aceite, entonces
los platenses pueden cubrirse con loción ultramarina
de alergias. Hay cierta higiene platense que debuta
más allá de toda industria. Platenses que debutan
y alisan bucos demodée para cierta democracia
y un seto de tilos. Tallo comunal del patrimonio.
Caudales. Nuestra piel es eterna, pero la mano
de los platenses sitia el encaje del río, en el santiamén
de echarse guantazos contra los murallones ocultos
por el tufo de un chipá. Por monedas, la comuna
embebe el universo de chicharrones y grasa de cerdo.
Arena, no, barro de esos renuncios del mineral y a manera
de preterir operación alguna. Lo local es agregarle
pretextos al cosmos-nebulosa-galaxia: poco, y cierta
inmovilidad de la nada. En el principio, la nada. 1882.
Loada sea. Escuchen qué bella multiplicación de chiflidos.
1982. Apúntese lo mismo: diagonal/tilo/petroquímica/
Catedral/Arana/La Cacha/dos mil aprox.

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LOS UNIVERSITARIOS VUELVEN DE VACACIONES: NUEVO CENSO POBLACIONAL EN LA PLATA

La cara es la piedra; y la piedra, el puño
de un boxeador añejo en el rostro debutante.
En esas marcas también hay una lengua pidiendo
su escritura. Dicen poco y lo que pronuncian
se funde en un destino privado a la sabiduría.
La ciudad soñada tiene un aire de procesadora
paulista traveseada por la industria. Ir hacia
los actos de los otros como propios (adherir
entonces al estado general; relamerse en ello;
depurar padrones con multitud de muertos
sin encartar). Así sucede lo que de veras importa.
Cierta opción que la apatía pone mil y una veces
sobre la mesa. Entre una habitación y ellos
sólo existen guiñapos de sonido.

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CERO, EN LA ESCALA DE RICHTER

Un cuento narrado tantas veces como fuera deshecho
de un manotazo, en el ahogo de la permanencia. Indicar
ni-una otra cosa. El cuerpo platense: insectos entre ramalazos
(cientos) vadeando la luz. Y antes que nada, habrá
que medirse con esa horrible cáscara de los tiempos,
para que un agente transmisor fuera llevado en su máxima
simpleza al azar. ¿Dónde hay un término? Escucho sonidos,
centelleos en la pupila: el ojo canta lo que la cañería mortifica.
Es así: hay un rápido shock de aire y menores cuidados
intensivos, antes o después de la explosión. Por eso se vuelve
delicada la intimidad del extranjero. Y puedo traducirla.

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LA EX CULTURA PLATENSE AÑORA UN DON QUE NUNCA TUVO DIOS

Mi perímetro resiste más allá de las esquirlas.
Postradas, un arma que no volveremos
a cargar. Ahora la oscuridad exhibe
y refuta las cosas cuando advierte tu llegada,
mientras te prendes y apagas, y regresás
con discreción hasta apagarte. Tan extraño todo.
Sería más sencillo si el sepia fuera vecino
del daguerrotipo, y los grises una interpelación
sobre lo oscuro. ¿A qué desocupar, entonces,
contornos de un aquelarre sin sangre?
Suprimiría la luz de existir entre nosotros
más de un visado. Es mi surtido.

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CENTINELA PLATENSE REALIZA SU INFORME MENSUAL

Este mirador podría ser un encuadre intermedio
donde la narración se retrograda. El escrutinio
entre hombres es aún cuchillo sin filo: la sangre
sigue circulando, y entre grises se terminó
por fin la moda y cierta sujeción al diccionario.
Lo sé: a imagen y semejanza nada bueno puede salir.
Colocamos del revés la media para que no se perciba
el sebo, y ahora, tan limpios, ni vale la pena escribirlo.
En los claroscuros se acoplan pisadas y humo,
sujetando un espacio por ignorar. De la existencia,
entonces, nada. Apenas un rulo cuando se tocan
la raíces y zarandea la memoria. Es así este saqueo
de las cosas, en el momento que asignan nombre
y número a cada agonía del día, y a todo comienzo
también. Haberlo sabido: que el flujo de la ciudad
se concibe reacio, en lo mejor de cada juego. Anoto:
el deterioro es un boceto a lápiz, croquis no querido.
Sigo apuntando: fieles atiborrados por un clister.

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LA QUEMA

10 mil caballos circunvalan el mediodía platense
y en mitad de la planicie (del pavimento), se detienen:
encuentran explicación en su amo que bosteza (“…
y millas que recorrer”, al cuadrado) gracias a sus
24 horas, observando cómo las bombitas de luz
resuenan hasta tirar del espinazo del párpado.
Relinchan los dueños mientras los carros
se ensamblan por las suyas, sin intervención.
Frente a la Curia el arzobispo prologa la libertad
de un nazareno, postizo (1977; 2003): ¿Trakl?,
y ante un zurrón de náuseas puede convencerse
a Dios que todo acto suyo son buenas intenciones.
Ahora 20 mil elefantes trazan un cuadrado perfecto;
dicen: “Vini, vidi, vinci”: Leonardo acumula evidencia,
mientras todos los pecados del mundo se transforman
en capitales. Ningún patrimonio, más que un trazado
enloquecido que distrae a los platenses y los hace
peatones de un extraño himeneo con la numismática,
entre aromas de té y antiguo tilo. Cierran los ojos,
el efecto es real. 12 sábalos son la quintaescencia
de lo apostólico: se descubren ante el barro Villa
del Plata, donde grupos de anfibios sueñan con bañarse
en arena. Así es: los platenses crean arena a partir
de sus torres hasta el catafalco. No todas, pero ciertas
ciudades entienden que el color local lo es o no
por completo. Peatones + automóviles = migraciones.
Por decenas de diagonales escapa una célula de alacranes,
sumándose a los encausados alrededor de una ignición
de neumáticos. Habrá causas, pancután, dentífrico,
y un adelantamiento de neblinas, allá, en Los Hornos.

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EL ARROYO EL GATO ATACA DE NUEVO

Y de pronto, por si no lo supieran, se abrieron
las aguas del arroyo, y una implacable mácula
de aceite para frenos se engulló el oxígeno y acabó
con el plancton. Las gaviotas venidas del Náutico,
antes obesas, ahora anotan nuevas coordenadas
donde aterrizar kilómetros más allá. Se afirma
un cementerio de antiguos terraplenes. El lecho
parece un cascabel de latas de 350 mililitros
de la más ordinaria de las ordinarias de las cervezas:
los zorzales pestañean ante el desperdicio, pero
recogen con náusea la provisión de profilácticos
desdeñados por la debacle nocturna. Cierta vez,
el activista Javier Prol echó sus maldiciones
por un réquiem servido en bandeja. La calle 526
lleva su nombre. Para quienes la transitan, se trata
sólo de una señal rumbo a la boca de la nueva
autopista. Por ahora, lo que queda del macadán
siquiera propone un stock para cerámicas.
Y aquellos que aseguran el pronto surgimiento
de las napas, desconocen de un cúmulo de razones
para detener la caravana del riacho. Oscuro.
Más de 30 ordenanzas no pueden detener el avance
de las aguas, mientras el arroyo es una pastilla
sublingual que se desliza por debajo de la city,
a la busca de cuidados menos intensivos. Nadie
cruzó el lecho legamoso, y hasta los dioses
y el insigne Rocha, aguardaron en vano la llegada
de nuevos mandamientos. No innovar. Se regresa
al punto en que una nueva denuncia, será
pregunta en la respuesta. Quien crea de ahora
en más, deberá vadear la orilla de los vivos
y cuidarse de los muertos (en puntas de pie,
sobre superficie líquida).

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* Poemas pertenecientes al libro inédito Cuando salí de La Plata, cuya edición está al ¿caer?

viernes, 2 de mayo de 2008

Resultados de la encuesta "¿Cuál es su escritor argentino?"

Jorge Luis Borges 11 votos (36%)
















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Julio Cortázar 8 (26%)


















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César Aira 7 (23%)













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Juan José Saer 5 (16%)


















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Sergio Bizzio 1 (3%)