martes, 8 de enero de 2008

Ensayos para confinar el testimonio II



3. El puente Magere Brug sobre el río Amstel *


No sé si en su viaje a Amsterdam habrá planeado ver los mismos lugares
de día y de noche. Puede que no. Tal vez piense que lo mejor es coleccionar
un largo listado de sitios visitados, pero ¿esto tiene algún sentido? ¿sirve
de algo estas competiciones? Olvide a esas personas a las que le hablará
de su viaje y disfrute sólo en función de usted mismo. Si sus paseos le llevan
hasta Kerkstraat se encontrará con uno de los numerosos puentes que tiene
la ciudad. Sin embargo éste tiene, dentro de su sencillez, un aire festivo, sobre
todo cuando se ilumina por la noche. Comprenderá viendo este puente,
que la ciudad es otra cuando cae la noche. El puente no es el original,
sino uno nuevo que se construyó pasada la Segunda Guerra.
Con las penurias de esos años, no había madera suficiente en la ciudad
y no le quedó más remedio a los habitantes de Amsterdam que utilizarlo
como leña. El nuevo puente sigue levantándose de manera manual. El trayecto
que le recomiendo es muy corto, tan sólo un paseo por la calle Kerkstraat
hasta llegar al puente Magere Brug, y luego caminando por la otra orilla
puede ver si alguno de los conciertos programados en el Teatro Carré
le interesa. No confunda este teatro con una famosa discoteca belga,
del mismo nombre. En Kerkstraat podrá encontrar multitud de tiendas
de arte y boutiques. Si entre sus compras se encuentra el arte, o la moda,
entonces no debe dejar de ver esta calle. Alguna muestra de las galerías
de arte la tiene en Galerie in de Kerkstraat, Slewe Gallery, o de las tiendas
de moda como Inkasmode. En Amsterdam existe un ambiente no sólo
permisivo sino de integración y normalidad, con relación a otras ciudades.
Por ejemplo en esta calle tan comercial puede encontrar un hotel gay,
es decir, un hotel donde se supone que sus visitantes soy gays,
y por lo tanto su oferta se personaliza para este sector de la población.
Otro tema son las fachadas. En los siglos XVII y XVIII, las de este tipo
eran las más populares de Amsterdam, pero más tarde dejaron de ser
construidas. Recientemente el arquitecto Sjoerd Soeters hizo en la calle
Kerkstraat un guiño muy simpático al pasado; usted mismo podrá
contemplar el resultado en los números 206-210. Aquí encontrará
las fachadas más sorprendentes de Amsterdam. Por ejemplo: las
hay con remate en forma de cuello con neumáticos de automóvil.
En las fachadas izquierda y derecha se puede leer en imagen refleja
1995: el año de construcción del inmueble. La fachada del medio
está coronada por dos círculos: si observan con detenimiento semejan
neumáticos de automóvil. También los edificios que flanquean
estas casas a la derecha y a la izquierda son diseño de Sjoerd Soeters.
El arquitecto construyó su propia oficina en Kerkstraat 204;
una fachada ancha de metal en contraste con el entorno histórico.

* Magere Brug significa “puente esbelto”. Efectivamente se trata de un puente elevadizo, blanco, probablemente el mas famoso de Amsterdam, construido en 1672 sobre el Río Amstel. Cuentan que este puente era tan estrecho que apenas podían pasar dos personas. Luego, fue reemplazado por otro más ancho, aunque también dicen que este puente debe su nombre a las señoras Mager: dos hermanas millonarias que vivían en distintas orillas. Así que mandaron construir dicho puente para poderse visitar con facilidad.
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4. S,M,L,XL. Una sobremesa (después de comer con Raúl Arteca, arquitecto) *


“Para Sjoerd, un verdadero amigo de la humanidad”. Algo extraño de oír
de parte de quien fue considerado un “amante de la arquitectura, pero que
odia al ser humano”; en todo caso, y en respuesta al edificio Kunsthal
en Rotterdam. El anillo de sello de su dedo, golpeando las costillas. Hay
sarcasmo en la dedicatoria del libro: Soeters y Koolhaas son opuestos
en todos los sentidos. Si uno le pide a Soeters que comente el trabajo
de OMA, el solo ríe, como reiría sobre alguna historia inútil y tonta.
Soeters es uno de los pocos arquitectos que desprecia con solvencia
la arquitectura nihilista de Koolhaas. Cuando le pregunté hace años
a Herman Hertzberger sobre la obra de Soeters, dijo: “Soeters es un arquitecto
con un ‘plan’ diferente y no es conocido. Holanda es un país pequeño
y por lo tanto tiene aspiraciones de reconocimiento internacional.
Pero a Soeters esto no le preocupa en absoluto”. Todo esto era cierto,
pero ahora construye también en el extranjero. La línea es su filosofía
transparente: “un edificio triunfa por definición si toda persona que tiene
que ver con él”, dice: “por supuesto, es mi propio diseño”. Asusta su falta
de dientes y cabello; pero todo tenía un motivo: konzentrationlager;
más bien un globo que una pequeña calabaza: desde los bocetos
hasta los dibujos técnicos, desde la consulta de diseño hasta
el control de la construcción: nosotros somos su humilde arquitecto.
Las consecuencias de un trabajo es contradictorio. Algo que él no considera
relevante. “Un estilo propio puede ser un medio de destacarse. Si quieres
éxito debes minimizar tu ideología, porque atarse a un estilo particular es
una forma de auto-protección. Y eso realmente no me preocupa”, (Soeters).
El objetivo de este proyecto era la construcción de un edificio que alojara
archivos nacionales y sirviera al mismo tiempo como centro
de investigación, facilitando el acceso del público a los objetos
arquitectónicos gracias al museo. El edificio se genera a través
de la confrontación de dos elementos básicos. Un podio rectangular
se inserta en el interior de una forma triangular, definiendo las zonas
públicas más importantes del programa: las áreas de exposición y la biblioteca.
El podio simboliza la colección, la posesión y la investigación; los espacios
que le rodean, el acceso. La entrada al recinto, donde el podio y el triángulo
se sitúan en paralelo, desemboca en el hall principal, que se encuentra
excavado en el podio. El despliegue de un sistema de rampas, que asciende
hasta la cubierta sirve para acomodar el auditorio, al que una cortina mecánica
de seda amarilla protege de la luz diurna y del ruido según las necesidades.
En la cubierta del podio se dispone un restaurante. Alrededor de este cuerpo
se producen las exposiciones permanentes (al norte), las exposiciones temporales
(al oeste) y la librería (al sur). Los archivos se localizan en una torre inclinada
de hormigón, que se ancla al podio mediante las zonas de trabajo dispuestas
alrededor de un vacío de luz. Esta segunda torre hueca es generada
por un patio que perfora el tejado y permite el paso de la luz del día
hasta el corazón del podio. Su suelo es reflectante, de manera
que la longitud visual total es idéntica a la de la torre de hormigón.
El triángulo tiene una cubierta dorada, soportada por un bosque de columnas
de acero, cuyos diámetros van variando en aumento en consonancia
con la inclinación del tejado. Este desnivel indica la transición desde el Museum Park
–que comparten el Instituto, el Poymans-van Beuningen Museum y el Kunsthal–
hasta la ciudad. Esto podría sonar también como si se tratara de una especie
de fast food. Todo lo contrario. En cada sitio que crea, la vibración de lo que
el lugar se vuelve sensible. Vuelve a casa para librarse de los pantalones negros
y la bufanda blanca. Él es un verdadero caballero holandés, y comprende
mejor que nadie la cultura y la arquitectura neerlandesa. El diseña holandés
tradicional, pero con elementos que son típicamente no-holandeses.
Su adoración del simbolismo del Pop-Art es un aspecto importante.
De esta manera muestra lo aburrida que es la cultura y nos dice cómo
debería ser. A la gente le encanta esta impresión posmoderna
de la arquitectura tradicional, aunque nunca es la parte mas importante
de su trabajo. Uno se siente increíblemente bien dentro de sus edificios.
Su biblioteca es comparable con la de la universidad. Soeters se atreve
a usar una gran paleta de colores, formas extrañas al mismo tiempo
que parece integrar en todo esto el manifiesto de Steen Eiler Ramussen.
Uno experimenta una arquitectura como malvada. Llega el colega,
le comento lo ocurrido. Hace tiempo que tiene el corazón en grave estado.

* Small, medium, large, extra-large. (ISBN 1-885254-01-6) is a book by Rem Koolhaas and Bruce Mau. It was first published by Monacelli Press in 1995 in New York. This 1376-page-long book is a collection of essays, diary excerpts, travelogues, photographs, architectural plans, sketches, cartoons produced by Office of Metropolitan Architecture (O.M.A.) in the past twenty years. O.M.A. is a Rotterdam-based company founded by Koolhaas in 1975. The second edition (ISBN 1885254865) was published in 1998, printed and bound in Italy, and has the name Rem Koolhaas printed in blue ink on the cover unlike the original which was printed in yellow.

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