sábado, 3 de abril de 2010

Horas sobre Dylan

1. Tangled Up In Blue
Estuve con Bob Dylan toda la tarde. Olivia (10 años) se encontraba en la casa de una compañera de escuela. Revisé libros, entonces: Cuerpo a diario, de Gerardo Fernández Fe, editado por Tsé-Tsé, Edward Lear, de César Aira, para caer, más tarde en el Dossier Elías Canetti, de los Cuadernos Hispanoamericanos, Número 640, de octubre de 2003 (Kirchner llevaba seis meses de gobierno). Allí encontré una cita del escritor búlgaro (habrá que volver a él cientos de veces) extraída por Serge Moscovici: "Mientras exista la muerte, el último suspiro será un último suspiro en su contra". La frase es tremenda, y forma parte de esas construcciones que se incorporan a la memoria desde el axioma, es decir, desde la certeza buscada como valor de ráfaga, de aquello que no se puede invalidar. Sin embargo pienso corregirla, eliminando el segundo último de "último suspiro". Por lo que la frase quedaría: "Mientras exista la muerte, el último suspiro será un suspiro en su contra". Tal vez sea menos pulida, y más coloquial, pero la corrección es así: ¿quién dice que el escultor, después de un cincel mal aplicado, no deja pasar la forma que siempre buscó? Después me puse a escribir. Existen formas más elegantes de matar el tiempo, pero no se me ocurría otra cosa que seguir poblando ese material informe -como casi todo lo que escribo- y dejar que todo suceda, el tiempo mismo deslizándose en slalom como si la capacidad de erosión fuera una ocurrencia y no un hecho dramático, como realmente lo es.

2. Yea! Heavy and a bottle of bread
Lo escrito hasta el momento se podría llamar Dialéctica, si no fuera porque se impone más un llamado de atención que un título de alguna obra. No es sencillo titular, jamás lo fue, supongo, para cualquier escritor. La sola idea de ponerle un título a un cúmulo de palabras desordenadas, o en un orden distinto al prefigurado, propone por sí misma una noción de cancelación, de final de ciclo, o acabado de obra. Será por ese motivo que los títulos que más me agradan son aquellos que nada revelan de un libro, y ni siquiera dan pistas sobre el género. Pero si esta gavilla de textos debieran tener un título, ése es Dialéctica. Se trata de poemas en prosa, con una puntuación, o mejor, una demarcación de poema entre líneas amplias, como si se tratara de piezas notariales. Por ejemplo:

______”Creo que no. En todo caso, nunca hablamos de ello entre nosotros. Como ya, dije, él abandonaba poco la tienda, en Subótica. Суботица. Ya lo dije: fui a expedir mis feudos con tarifas de pequeña velocidad. Y siempre creí con la misma fe en la palabra agradecimiento; después, ella había conseguido con su odora di femina que el exilio fuese más doloroso. En 1928, en Zagreb, compré un ramo de narcisos para una tal Laszla, a la que esperé en vano cuarenta minutos al pie de la escalinata del restaurant Psykobell, para terminar arrojándolo a un cesto de papeles. Un rayo de sol cuadrado atraviesa una pequeña ventana. Lo vi, doy testimonio del milagro______”

O sino este texto, más preciso en lo que quiero referenciar:

______“La mayor influencia en mi vida, fue nacer. Luego comenzó la dictadura y estuve ahí, bajo los escombros de silo de madera en años posteriores. Y después, claro, los años del infierno puro”, dije al Servicio de Noticias el 25 de octubre, a las 4.06 PM. Veintisiete grados Celsius. Escobillones barrían esos gatos. Y más tarde: “cuando uno llega a una ciudad así todo comienza a parecer increíble. Las paredes todavía grises por la enemistad del tiempo, siempre echando ruinas, y donde lo posible era una vieja partitura para invertebrados. Pero fue una experiencia maravillosa. Ya siendo pequeño amaba el paraíso psicodélico de ciertas canciones anómalas, descentradas, con su aire de demonios pegados a la cabeza de un alfiler”. “Más tarde quise ser pintor, y como no pude serlo comencé a escribir; así conocí personas que eran la misma versión doblada de una frase despoblada de sonido. Hablar de poesía, leer poesía, pero como en la adolescencia, no darlo todo por sentado”______

Nunca había escuchado las sessions de Desire, aquel maravilloso disco de Bob Dylan, en 1976. Las tomas son mejores que la obra en estudio. Ya es mucho decir. En Romance en Durango, un tema hiper-Paris-Texas (de esos trabajos preparados para la estudiantina en reversa, la que cree sufrir como Travis mientras toma un vaso de cerveza negra, helada), Dylan consigue elaborar la mitología del desierto, para después perfeccionar una postal de ese mito, y con ello, todo en la misma operación, convalidar una estética flotante, haciéndola suya. Dylan es extraordinario porque maneja como pocos el arte de la apropiación. Y quien trabaja sobre ese punto, se vuelve un artista portátil, es decir, todo terreno, alguien que logra realizar ajustes con la influencia. "No llores, mi querida, Dios nos vigila", dice un tramo, en castellano, del tema mencionado. La pregunta sobre si el día que nacimos Dios estaba enfermo, sigue siendo un interrogante.

3. One More Cup of Coffee
En un período de veinte años, la contribución de nuestra generación a las artes será enorme. Mientras tanto, estamos ocultos, escuchamos en todo momento una idéntica melodía anticipatoria, sin descifrar el sentido del enigma. Si nos encargaran retratar al hombre moderno, elegiríamos penetrar en la piel del otro para contar cómo es una persona por dentro. Así de taxativos nos ponemos cuando debemos. La búsqueda de otra forma de literalidad ha costado más vidas de lo previsto. Por ejemplo, un tramo más de Dialéctica:

______Juro decir la verdad. Correcto. Su nombre completo por favor? Lugar y fecha de nacimiento? Nombre de su padre? Nombre de su madre? Estado Civil? Soltero. Domicilio. …Nº … La Plata. Profesión? Eso, mi papá. Así es: presentó un recurso de Hábeas Corpus en favor entonces de mi hermana. Así es. En virtud de que el día anterior y en horas de la madrugada personas de civil y armadas, que dijeron pertenecer al Ejército, habrían secuestrado a la misma. Así es, el día 25 a la una de la madrugada. Si nos pudiera narrar los hechos que usted tuviera conocimiento. Sí, cómo no. Yo estaba en el domicilio en el momento que se presentaron estas personas, que eran de 10 a quince aproximadamente, estábamos durmiendo, era la una de la madrugada y golpearon con palmas de manos en la vereda, y mi madre levanta un poco la persiana y pregunta quién era, y le dijeron el Ejército. Inmediatamente nos dijeron que abriéramos la puerta, abrimos la puerta, había una puerta de un costado de la casa donde se entraba a un living, y por ahí yo salí; me dijeron que levantara las manos en alto, y me dijeron que fuera hacía adelante de la casa. Adelante de la casa había como un pequeño jardín y ahí me pusieron contra la pared de ese jardín, mirando hacía el fondo de la casa. En ese momento cuando salgo del living, en el costado había dos autos, el auto de mi hermana desaparecida, y detrás de ese estaba el mío. Sobre el auto de mi hermana desaparecida había un señor con una gorra, con una visera larga con un arma importante porque lo que me quedó grabado fue lo grueso que tenía el calibre de esa arma larga, y fue lo primero que vi cuando salí de adentro de mi casa. Luego pasó esto que le digo. Que me hicieron ir hacía adelante de la casa. Yo estaba en calzoncillos porque estaba durmiendo, e inmediatamente preguntaban por una tal______ pero nunca nombraron a______. Y bueno, nosotros dijimos que había una persona que tenía un nombre parecido o similar, y era ella. “Bueno, entonces a esa buscamos”. Así fue______

¿Se entiende adónde vamos? "El sinsentido se percibe sobre el fondo del sentido", supo decir Aira. Qué extraño, siempre creí que el sinsentido era asunto de superficie. Como creer en la muerte pero no en los muertos. Y acaso es así, por demás. Dylan cantando Mozambique es la realidad más extraordinaria. Dylan jamás dará una conclusión sin someterla a una prueba. Porque siempre está abriendo un sentido subsumido, donde antes había un retrato perfecto. "Bueno, entonces a esa buscamos".



Bob Dylan interpetando Mozambique, perteneciente al álbum Desire, en el Hughes Stadium Colorado State University Fort Collins, Colorado. 23 de mayo de 1976.