lunes, 16 de agosto de 2010

Los mundos de Arno Wołica (9)

Hay momentos inexplicables, situaciones que llaman por sí solo a confusión. ¿Puede ser que en la lectura tan cálida de ayer en La Usina, Bulnes 326, Almagro, ninguno de los presentes haya advertido la presencia de Arno Wołica? Es verdad que el recital de los Traveling Wilburys fue de alto impacto, pero de allí a no advertir la presencia de uno de los poetas más relevantes de Europa, es al menos llamativo. Uno de los registros fotográficos de Natalia Molina es determinante (ver foto), se lo ve a Arno junto a Horacio Fiebelkorn, dialogando en cirílico (es sabido lo del viaje de Horacio a la URSS en 1989 y su entrevista a Yeltsin), así que las sospechas sobre la presencia de Arno Wołica en La Usina, quedarían prácticamente despejadas. Desde ya, no es sencillo de elaborar una teoría sobre los motivos de Wołica para estar en nuestro país (se habla de una invitación de Osvaldo Aguirre y Helder al Festival de Rosario de este año, pero eso es una asociación extremadamente libre), pero existen algunos indicios que podríamos desarrollar. Eso sí, tres de los Traveling podrían encontrar respuesta a sus interrogantes. Rodolfo Edwards dijo: ¿Quién es este chabón? No entiendo lo que dice. Parece sufrir un terrible impedimento"; Desiderio dixit: "No le gusta que lo filmen. Parece esos aborígenes que se tapan el rostro ante la cámara fotográfica, por esa superstición de la captura del alma"; mientras que el amigo Morfes fue más explícito: "¡Qué cara de muerto de hambre tiene este tipo! De dónde lo sacaste? ¿Por qué no le comprás un alfajor de maizena?", le preguntó a un Fiebelkorn incómodo, balbuceando argumentos. "Sgrrrchhs!", dijo el bilardista. Más allá del registro fotográfico, Fiebelkorn tuvo la deferencia de pasarnos uno de los últimos textos de este escritor notable. Disfruten su poesía, como nosotros disfrutamos ayer con la buena gente de La Usina. Gracias.
Me arrancaron el piercing

A fin de dejar espacio
para las lágrimas
el ghetto se vio afligido
por un gran pesar Parecía
un personaje menor
del Bayaceto Los oídos
todavía quedaron doloridos
y absueltos por la perforación
Poco a poco dejó de escuchar
y se ocupó más tarde
de sus piernas Y tras un golpe
fuerte se desprendió de suyo
la palabra Turquía Así nadie
volverá a dirigirse descalzo
de este lado del mundo
La oreja sangra a volúmenes
cuando un perro aumenta
los ladridos delante de un joven
cuyo perfil es la cubierta
de un libro de Walesa
La prueba irrefutable. Arno dialogando en ruso con Fiebelkorn, el sábado último, en La Usina. No tiene gollete que el platense siga negando su intervención en este tema. (Foto: Natalia Molina)

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