lunes, 8 de junio de 2009

Los mundos de Arno Wołica (5)

1. El profesor Bernard Lwiffentov, miembro de la Cátedra de Filología Asistencial de Oświęcim, y experto en los orígenes de la familia de Arno, sostiene una asombrosa teoría: algunos miembros de la familia Wołica, asentada en Koszalin desde los albores del Siglo XIII, padecían de una extraña mutación en su cuero cabelludo. Básicamente eran muy pilosos. Pero con una característica poco común: todos los miembros de la familia debían rasurarse barba y pelo cada diez días, de lo contrario asistirían a un fenomeno de cobertura general de sus facciones. Así de rápido crecían sus vellos.


El profesor Bernard Lwiffentov, el 7 de marzo 1993, festejando su cumpleaños número 75.

Y también las versiones más riesgosas. Una de ellas, refería a las pésimas condiciones de higiene de la familia del ahora reconocido escritor, y a un estado global de abandono que hacía del aseo personal y el cuidado del cabello, un capítulo salteado. La segunda versión, por supuesto, incluía la licantropía. Habrá que ubicarse en tiempo y forma: en aquella época esas elucubraciones eran, hasta cierto punto, admisibles. En verdad, lo que había sucedido era lo siguiente: a la Koszalin de 1257, arribó un hombre llamado Slobodan Vukodlak, de descendencia croata. Este hombre basaba sus relaciones cotidianas en el mal humor. Su desprecio por la raza humana trazaba un puente invisible, cuya única certeza era que alguien debía cruzarlo y llegar a él, sólo para mostrarle la inutilidad de tanto esfuerzo. Además era un viajero y un traductor del hebreo. Y lo cierto es que apenas ejercía su oficio, acorde la época, que era compleja y plagada de dificultades, sobre todo económicas. Para sobrevivir, este forastero malhumorado encuentra útil el oficio de escribir y apuesta a una salida rápida de ventas; pero para eso tenía que relacionarse y encontrar una tema atractivo para desarrollar, para posteriormente vender al público. En 1261 Vukodlak edita Każdy, kto czyta ten wejdzie, un breve tratado sobre el humor en la aldea pre-globalizada, y más tarde, Tods ptaków, Lubię wieprzowina, una guía más o menos pormenorizada del comportamiento de los pobladores en los alrededores de la campiña polaca. Lo que encuentra Bernard Lwiffentov en los textos de Vukodlak es un patrón común. Vukodlak relata en estos textos costumbristas las características principales de las familias de Koszalin: la desconfianza y los comportamientos nocturnos. A esto último se suma los detalles pertenecientes a la familia Wołica, y esa extraña enfermedad regenerativa de los vellos, llamada en estos textos "multipilosis koszaliensis".

2. Para Vukodlak, un hombre oscuro y supersticioso, esto era un signo inequívoco de que los Wołica estaban marcados por el signo de la licantropía, ya que los días de luna llena, los miembros de ese clan se ausentaban de sus casas, y algunos eran sorprendidos en pleno éxtasis ambulatorio, mostrando la abundante cabellera y el importante volumen de vello en manos y pies. Como la comunidad de Koszalin, atávica y conservadora, cruzada por la brutalidad rural, veía en los Wołica una amenaza latente, no hacían más que acelerar la desconfianza cada vez que se cruzaban con ellos: siempre se pasaban a la vereda opuesta, por lo que los Wołica pasaron años caminando en soledad, por una única vereda, mientras el resto de la aldea, completa, lo hacía por la otra.

Tomasz Wołica, capturado en el instante en que paseaba en soledad, delante de su propia congregación. El resto del pueblo se encuentra observándolo desde la vereda opuesta, mientras se traslada en sentido contrario al religioso. Esta toma impactante, de alto contenido emotivo, está fechada en abril de 2002, y muestra palmariamente el estado de aisalmiento del servidor de Dios en Koszalin. Tomasz Wołica fallece tres semanas más tarde, debido a las consecuencias de una pulmonía mal curada. Algunos aldeanos aseguran que se dejó asfixiar con su popio cabello, que le cubrió en días la totalidad del rostro, hasta quitarle el oxígeno. Son sólo habladurías. La foto es una gentileza de los herederos del extraordinario fotógrafo de Vojvodina, Czogor Nëszko (1948-2006).

Ese es el caso del padre Tomasz Wołica, tío directo de Arno. Tomasz siempre fue muy respetado en la comunidad, pero la divulgación de los efectos de la luna llena en la familia Wołica, hizo que su natural relación con los fieles decayera. Si bien nunca se le exigió la expulsión de Koszalin, el clérigo pudo celebrar apenas una sola misa más, y sólo con su familia (entre ellos, Arno. Después no). Debido a esto sucesos, es que Arno Wołica, siendo un escritor muy famoso, decidió encerrarse por unos meses y trabajar en el monumental El juego de la luna llena. Tratado de licantropía, publicado en marzo de 2000. Por esa época, Wołica sufría los efectos catastróficos de una crisis personal y matrimonial, sobre todo ante la aparición en su vida de la modelo y empresaria gastronómica Anna-Kryszta Lubicz (nacida Kryszta Szemenewicz, 14 de febrero de 1974). Arno cayó en la bebida y luego se auto-internó en una reconocida clínica varsoviana, que trataba a enfermos de las denominadas "drogas sociales".

Una imagen implacable: Arno Wołica, en 2001, tras una profunda crisis matrimonial y en un momento límite de su vida. Foto gentileza de la Polskie Stowarzyszenie na Rzecz Społecznej Kontroli Narkotyków (Asociación Polaca a favor del control de las Drogas Sociales). Publicada por autorización del escritor (© Arno Wołica).

Y como todo centro de encierro atraviesa una crisis generalizada, Arno creyó que ese libro devolvería de inmediato la curiosidad crítica sobre su obra, lo cual exorcizaría a su familia de los males de la proliferación chismográfica de Slobodan Vukodlak (años después, Arno supo que Vukodlak significa hombre lobo, en croata). El juego de la luna llena trabaja dos géneros contrapuestos: el lírico y el ensayístico. Para Wilhelm Schwertzmann, titular de la cátedra de Literatura Judía Centroeuropea de la Niederösterreich-Lutherische Universität Berlin, el texto licántropo de Wołica, "alienta una apuesta por la insuficiencia del sentido poético, sin perder tiempo en rodeos preliminares". ¿Qué significa esto: pobreza estilística, una nueva programática o nada más escritura polaca pura? En la próxima entrega contestaremos está encrucijada.

Arno Wołica bostezando (¿o aullando?) después de concluir la primera parte de Spektakl w pełni księżyca. Traktat Licantropía (El juego de la luna llena. Tratado de licantropía). La fotografía es una gentileza de Anna-Kryszta Lubicz. Varsovia, 27 de noviembre de 1998.

Muy bien, hasta aquí estos apuntes. Pero antes de concluir esta parte de la obra de nuestro autor, valdrá la pena leer El concepto de posibilidad, segmento lírico emblemático del libro licántropo de Wołica:


Un cierto pensamiento
nunca está muy lejos
El sentido de lo posible
como de aquello
de lo que soy capaz

...

Efectos del schibboleth

Preguntarse qué hay
después de todo
no tiene sentido

...

Entiendo por ello un orden distinto

Lineal lo es todo
No porque las soluciones
estén dadas
sino porque los problemas
están constituidos

A este paso la línea
termina en demarcación
"Esa es mi historia"

Pero no sabemos
si es a eso mismo
lo que se refiere

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