viernes, 20 de junio de 2008

Rata II

(Segunda secuencia de Famelic Rat, por Raúl Arteca)
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La rata, aparentemente muerta, revive. El queso, ¿estaba envenenado? ¿Basta un mínimo de pócima para liquidar al roedor? ¿Y si la rata es inmune? ¿Y si la rata, derechizada por las circunstancias, consigue por influencias un antídoto que la resguarde? ¿La rata toma sol porque es coqueta, o porque se ríe de nosotros que la miramos pensando que otro veneno, esta vez más potente, finalmente la mate? Qué rata, la rata.
Dijo el autor: "Siempre con el engaño, la estratagema barata del muerto ficticio. Y tras una identidad emparchada por gafas de 3,50, se esconde uno de los planes macabros más impredecibles y escalofriantes. Que el destino nos guarde protección".
Así sea.

8 comentarios:

Unknown dijo...

¿Algo que ver con el bajista Marcus Miller que tocó con Miles Davis?

Mario Arteca dijo...

Es el mismo, justamente. No tiene la misma capacidad para tocar, pero tiene una tremenda inteligencia para la perversión y para las operaciones encubiertas. Hay más episodios, que aún no bajé al blog. Aprovecho para saludarte, Ezequiel, y decirte lo mucho que me gusta tu blog. Sé que no sos sólo un traductor sino también excelente poeta. Tenés un lector aquí en La Plata. Abrazo.

Mario Arteca dijo...

Ezequiel. Tremendo el poema de Ted Hughes que tradujiste. Qué decirte...

rwa dijo...

Tiene la potencia estridente y contenida del bajista de Miles. Llena los espacios sin estar presente y se impone con violencia. Su estridencia es residual, como su ingenua pero voraz maldad. Muñeco precario de película japonesa de los '70.Tanto atropella sobre todo que hasta su nombre alcanzó a su apellido, haciéndolo una amalgama-apodo. Marcusmiller

Unknown dijo...

Mario, gracias por tus exagerados comentarios; me alegra que te gusten mis poemas, lamentablemente traduzco mucho más de lo que escribo. El de Ted Hughes me costó mucho, y tengo la sospecha de que el resultado final no es muy satisfactorio.

De Marcus Miller tengo un disco, "Tales" (o más bien lo tenía, ahora que vuelvo a buscarlo). En mi adolescencia intenté con moderado ahinco ser bajista, y solía comprarme todos los discos de los especialistas del instrumento. Desafortunadamente, fracasé sin atenuantes en la música.

Otro héroe de aquellos momentos era Victor Wooten, el bajista de Béla Fleck & The Flecktones. ¿Conocés esa banda? El año pasado estuvieron en Buenos Aires, fue el mejor recital al que haya ido.

Mario Arteca dijo...

Che, Ezequiel, no cono0zco esa banda, de qué época son? Actuales? e gustaría conseguir algo de ellos. Mis comentarios no son exagerados, son reales. Son muy bueno en lo que hacés, Publicaste algo en Vox, no? Yo estoy por publicar un libro en esa editorial hiperbahiense=guspavolopense. Abrazos.

Unknown dijo...

Están tocando hace varios años; Béla Fleck, el líder, toca el banjo eléctrico; Victor Wooten, un bajista impresionante, el bajo; y después está el hermano de Wooten, Reggie, que toca una especie de sintetizador multipropósito que hace las veces de batería y otras yerbas; el otro miembro, que no sé si es permanente o lo llevan a las giras, toca vientos.

Respecto de mi libro, sí, acaba de salir en Vox, aunque no sé si ya está en librerías; parece que la proverbial celeridad gustavolopense no es particularmente considerable.

Anónimo dijo...

Víctor Wooten es grosso, me lo hizo escuchar mi hijo. De paso, Mr. Zaidenwerg, le recomiendo otros dos bajistas: Rob Wasserman y Hugh Hopper. El primero es yanqui, el otro es british, de la línea Canterbury.
Saludos