“Recibí tu feliz año, te deseo que sea fructífero el tuyo. Me quedé pensando en tus dichos sobre un habla argentino con modelo en Borges, eso es lo que yo entendí. Me sorprendió; luego empecé a tratar de recordar qué había leído, sin lograr más que una referencia de Lezama Lima, que considere una critica a nuestra habla de alguien que no podía conocernos. Lo peor es que no recuerdo la cita; la asocio a deconstruir la realidad o al 'argentinos a las cosas'. Desde ya, he leído muy poco a Borges, a pesar de sentirlo un cuentista brillante. Mi opinión no tiene ningún valor, salvo cuando en sus poesías demuestra su ideología cultural alienizante, puedo juzgar su figura, hasta sentir que fue un anarquista que vendió sus ideales para acomodarse a quienes le daban de mamar realmente. Y fue emblemático, sagaz, brillante, siempre colocándose por sobre las circunstancias, demostrando la inteligencia de nuestra clase dirigente, aquella que tiene por costumbre no exponerse a la excrutacion, y mucho menos, el análisis público. Por esto, tu análisis me conmovió, es indudable que merece crédito. La duda supérstite es, si el lenguaje se forma por una lectura tan restringida, Borges justamente, se decía que todos hablaban de él, y pocos eran los que lo habían leído. Me sorprende pasar por los lugares comunes, pero creo que son como una cédula de realidad. En todo caso, no te respondí cuando hablaste porque me sorprendí. Un amigo decía: 'Mario es lento para pensar'. Me interesa que me hagas tu análisis sobre Borges y nuestra expresión ¿oral, habías dicho? No te apures en responder, no quiero que te molestes. Espero que disfrutes del descanso. Chau”.
jueves, 3 de enero de 2008
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