lunes, 14 de enero de 2008

Fernanda Castell



Fragmento de “ En invierno las plantas duermen”
En invierno las plantas se duermen. Las ramas quedan a la intemperie. Pareciera que sin abrigo se hace frente al frío de modo más contundente. No me vas a joder. No vas a quemar mis hojas. Antes las pierdo.
Se las lleva el viento. Y se amontonan en las bocacalles. En los rincones de patio. O forman montañitas de hojas en el parque, formando casita para los bichos, que en invierno apenas soportan el frío. Caracoles, arañas, hormigas. Todos al mundo subterráneo. En algunos lugares, las ranas se entierran disminuyendo su actividad metabólica hasta la primavera. Para luego estallar hasta los pantanos. En invierno la tierra tiene pulso. Millones de corazones la hacen batir como una gran cacerola. Nosotros los que engripamos y usamos bufanda, apenas percibimos un poco de tremenda actividad. Esto pareciera ser un cuento infantil que nunca comienza. Tal vez porque no tenga nada que contar. Sólo describir la intuición de la belleza encapsulada cuando baja la temperatura y a una se le paran los pelos de las piernas recordándome sos tan animal como esa lombriz que fabrica sus túneles y es capaz de encontrar los huevos que puso con la cola. Estos bichos son segmentados. Ya es sabido que si se los corta, se regeneran a partir de un fragmento. Cada segmento es una unidad completa. Nosotros somos una totalidad huérfana, dependemos de todas las partes para funcionar. Lo que nos salva es la condición doble de nuestro organismo. Podemos vivir sin algunas de las partes.
El aire contiene tanta porquería que respiramos como si estuviéramos en una ciénaga conectados a una boquilla de buzo. Y así vamos. Caminando. Corriendo. Así voy yo que te extraño cuando me reflejo en el malestar de los espejos.
-vamos. –adónde. –tenemos que llevar mate cocido a la casa de estela que está en cama. Tiene una bronquitis que no puede curar. Hace semanas que está con nebulizaciones.
Estela era una mujer obesa. Con su corte al estilo Dora Carrington color borgoña, parecía un travesti desmejorado. Estaba en el estudio de pintura. Fumando. – ¿cómo anda la brigada Puro hueso? ¿me vienen a anunciar la parca? –no, te vine a ver porque no atendés el teléfono y el vodka no te mata el bicherío.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

No solemnos hacer comentarios en los blog, pero los leemos (yo recorro muchos de ellos con asiduidad) y hasta los tenemos. Pareciera que aprendimos a usar ese formato, le buscamos vueltas creativas y hasta modos de construcción en una plantilla determinada; armamos archivos, pero esa inscripción pública de la lectura se nos hace difícil. Más bien mandamos mails (y usamos los mailes como una forma de la epístola). Desde el reconocimiento de esta especie de invalidez, quiero sin embargo poner unas líneas. En principio, Arteca, leo sketchbook y me gusta mucho leerlo. En las últimas semanas el archivo creció y veo que va tomando una forma no lineal alrededor de ciertas pasiones estéticas y culturales cada vez más compacta (no veo anarquía). Me gusta mucho el blog y me interesa a veces desde la extrañeza que me producen ciertas entradas. Me fascinó, además, este texto de Fernanda Castell y quería decirlo. Todo, pero más aún cuando dice: "Sólo describir la intuición de la belleza encapsulada cuando baja la temperatura y a una se le paran los pelos de las piernas recordándome sos tan animal como esa lombriz que fabrica sus túneles y es capaz de encontrar los huevos que puso con la cola". Hay algo en ese fragmento que tiene que ver con mi experiencia alrededor de la escritura y la lectura. Como un momento de iluminación, cierta lucidez perceptiva. Sí, está, claro, en las palabras, pero también (y quizás antes o simultáneamente, para mi) en un modo de ver que este texto expone de manera brillante.
Un abrazo, ana porrúa

Mario Arteca dijo...

Gracias Ana por tus palabras. Veo el mismo espejo del asombro en las líneas de Fernanda. Se hace difícil traducir ese primer asombro (también segundo asombro) cuando sale uno a decodificar sensaciones. Toda la literatura de Fernanda Castell es esa cubierta tuberosa de sentidos expandidos, que forman un extraño trueque entre la experiencia directa y la profanación de la forma. Me hace acordar a algunos momentos de la poesía de la Thénon. Pero por suerte, me hace acodar a la propia Castell escribiendo esos textos arborescentes, sin fin, rítmicos hasta la desmentida del ritmo. Te recomiendo de ella "Peces de agua", por la editorial Tema, Portugal, bilingüe, y "En el abras", editado en Siesta. Ahora está por salir "La construcción de lo desagradable", también en Portugal, también bilingüe. Es una escritora nacida en Coronel Dorrego.

Anónimo dijo...

Sí, Arteca. Conozco, tengo "En el abras" y lo he leído. Buscaré "Peces de agua", claro. Conocía lo que escribe Fernanda! Siempre me gustó. Un abrazo, Ana Porrúa

Mario Arteca dijo...

Anita: te dejo el mail de ella: fernanda_castell@yahoo.com.ar, o sino, cautivalaplata@hotmail.com, por si querés comunicarte con ella.
Un beso, Mario.

Anónimo dijo...

Cuándo se publica La construcción de lo desagradable? Si por favor me pueden avisar. Gracias

Mario Arteca dijo...

A mediados de este año se publicará el libro de Castell. Más datos, no tenemos. Gracias por tu interés.