Esta carta me fue escrita por el gran Eduardo Espina (Uruguay, 1954), un día después de la caída del hombre-mofa, Fernando de la Rúa. 22 de diciembre de 2001. Explicar lo escrito es inapropiado; podría decir, en cambio, que esa vaca de la que habla Espina estaba bien muerta, pero "bien muerta", y que era de las pocas cosas que uno podía imaginarse que jamás reviviría. Vale como recuerdo a 5 años y tantos cadáveres:
"... Cosas grandes dices Mario sobre todo en estos dias en
que anduve leyéndote mientras la plaza de la
presidencia ardia en odio hacia el fracaso de los
politicos yo en cambio te veo a la luz de la poesia
total la que se construye sin necesidad de
justificarse (...) me sorprende lo de los small faces
pues somos de los pocos apegados a la musica que estuvo
antes pero supo esperarnos me conmueve lo que decís
de mi poesia pues te veo como un surgimiento entre la maleza
de residuos epocales que va dejando la poesia del presente siglo
creo que te distancias pues al llegar ya estabas lejos
lo que yo llamo sobre abundancia por falta de deficit
por cierto sali por la carretera en bicicleta con tu
libro en un canasto de hierro seguramente anduve por
cinco horas y en un momento vi una vaca dormida pero
me acerque y estaba mas muerta que ella la habia
atropellado un enorme omnibus pero cuando fui a
decirle algo estaba totalmente quieta
Un abrazo
Un abrazo"
"... Cosas grandes dices Mario sobre todo en estos dias en
que anduve leyéndote mientras la plaza de la
presidencia ardia en odio hacia el fracaso de los
politicos yo en cambio te veo a la luz de la poesia
total la que se construye sin necesidad de
justificarse (...) me sorprende lo de los small faces
pues somos de los pocos apegados a la musica que estuvo
antes pero supo esperarnos me conmueve lo que decís
de mi poesia pues te veo como un surgimiento entre la maleza
de residuos epocales que va dejando la poesia del presente siglo
creo que te distancias pues al llegar ya estabas lejos
lo que yo llamo sobre abundancia por falta de deficit
por cierto sali por la carretera en bicicleta con tu
libro en un canasto de hierro seguramente anduve por
cinco horas y en un momento vi una vaca dormida pero
me acerque y estaba mas muerta que ella la habia
atropellado un enorme omnibus pero cuando fui a
decirle algo estaba totalmente quieta
Un abrazo
Un abrazo"
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