....es que debo protegerme de ciertos augurios. La magnitud apocalíptica de algunos discursos insemina el aire cognitivo de recursos imprevisibles, la mayoría de ellos, ligados a la dinamitación de las instituciones. Es lo que se vive en este país, ahora cruzado por un gripe que decolora nuestra inmunidad, y ante un lenguaje tan atroz y subsidiado como la demandas de la antigua escuela del desarme intelectual. Únicamente una ciencia activa es capaz de interpretar las actividades reales. Todo se presenta como una sintomatología. A los fenómenos, mejor tratarlos como síntomas, diría Jacques Derrida, y cuyo sentido final habrá de buscarse en las fuerzas que los producen. Y la ciencia activa, habrá que entenderla así, es la propedéutica de las acciones presentes. Puesto que soy esa zarza, muy lejos estaré de recluirme en cualquier especificidad. El lenguaje es siempre relativo; por más cruel que sea, la universalización de los recursos del habla, debe ser todo lo prudente para dar cuenta de la perseverancia de una hegemonía. El terror al que asistimos es leve, más bien discreto, y su escándalo proviene del influjo de otras lenguas: ése es su tema, lo han hecho suyo. Por eso Hugo Biolcatti, líder de la Sociedad Rural, expresó dos amagues de su real dimensión ideológica: 1) Biolcatti cree que en el 2008 el campo creó un nuevo fenómeno de masas. Al ironizar con torpeza por la "popularidad" de Aníbal Fernández (de inmediato abucheado por los productores en medio de la exposición, ante la mirada cómplice de un cada vez más desdibujado Buzzi), Biolcatti comienza a creer en la posibilidad cierta de una representación popular de sus caprichos de estancia. Sucedía con los conservadores, sí, pero en la década del 30. El diálogo es un monólogo socializado por un adversario que escucha. Para Biolcatti si ese adversario además es un enemigo, el "diálogo" se convierte en un emplazamiento, prácticamente un pregón de la época de la Asamblea del Año 13; 2) Biolcatti pidió a la oposición (según él, el 60 por ciento de los que no votaron por el gobierno, siguen los mandatos del campo) que "no deje picar" la pelota mucho tiempo, que se arme, se juegue, cobre coraje y decida dar la batalla de un frente electoral, antes que el gobierno tome la iniciativa. Lo dijo como amenaza, ya no con la habitualidad con que lo hace contra el oficialismo, sino también como advertencia a la oposición. Biolcatti pide la urgente conformación de un Frente Opositor Anti-K. Ya no le interesa necesariamente el rumbo ideológico de ese Frente: nada más lo quiere, y ya. Porque lo que en verdad incumbe es la utilidad de esa nueva y "amalgamable" oposición. ¿Quiénes serán otra vez los idiotas útiles?
Puesto que soy esa zarza ardiendo desde el centro mismo de un poema de Henri Meschonnic (1932-2009), es que no debemos hacer caso a la tragedia de los síntomas, de lo contrario podríamos crear "un país de sueño a una distancia inobjetivable", dice again el hombre nacido en El-Biar. Y lo decisivo aquí será distinguir qué tipo de historia se cuenta, en medio de una intriga en la que cada uno debiera ser su propio testigo. Pero bien, ante la aparición del mismo "fantasma", ¿cuál será de ahora en más nuestra reacción?
1 comentario:
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