El poeta pampeano Juan Carlos Bustriazo Ortiz falleció este mediodía, cerca de las 14 horas, en su casa de la calle Stieben, en Santa Rosa, La Pampa.
Había nacido el 3 de diciembre de 1929, en esa ciudad. Fue policía durante más de una década, profesión en la que recorrió la parte desértica de La Pampa. También fue linotipista. Para luego entregarse por completo a la poesía y la vida bohemia. "Unca Bermeja", "Elegía de la piedra que canta", "El libro del Ghenpín", y la antología "Herejìa bermeja", por ediciones En Danza. El sello El Suri Porfiado editó en 2007 "Elegía de la piedra que canta" y "Unca Bermeja". En los últimos años, Bustriazo Ortíz pudo ser testigo del conocimiento y aprecio de su trabajo por parte de las generaciones anteriores (la labor de Sergio De Matteo, Rubén Gómez, y otros, fue fundamental), y también de la publicación de algunos de sus libros en Chile, con el gran Andrés Ajens a la cabeza, y en México.
Juan Carlos Bustriazo Ortíz, durante una lectura el 7 de noviembre de 2008. "Mi obra poética me la dictó Dios. Me dictó esa obra poema por poema, y yo escribía a máquina, sin ningún error de ortografía. Recuerdo que a mi finada madre, cuando nací, sietemesino, un anciano le dijo que yo iba a ser poeta. Y se fue. Siempre pensé que él era un anciano poeta. Andaba con un rollo de papeles en sus manos. Cuando estuve internado no podía escribir y desde entonces no pude escribir más. Cuando esa psiquiatra me medicó, se destruyó mi imaginación poética. Me internaron porque habré caído en otro momento de enfermedad. Sí, una vez me corté (muestra las muñecas) pero nada más que esto y estoy vivo todavía…Y quiero vivir, cómo no voy a querer vivir… ¡Claro que quiero vivir!” (extraído de la revista Lamás Medula)
Juan Carlos Bustriazo Ortíz, durante una lectura el 7 de noviembre de 2008. "Mi obra poética me la dictó Dios. Me dictó esa obra poema por poema, y yo escribía a máquina, sin ningún error de ortografía. Recuerdo que a mi finada madre, cuando nací, sietemesino, un anciano le dijo que yo iba a ser poeta. Y se fue. Siempre pensé que él era un anciano poeta. Andaba con un rollo de papeles en sus manos. Cuando estuve internado no podía escribir y desde entonces no pude escribir más. Cuando esa psiquiatra me medicó, se destruyó mi imaginación poética. Me internaron porque habré caído en otro momento de enfermedad. Sí, una vez me corté (muestra las muñecas) pero nada más que esto y estoy vivo todavía…Y quiero vivir, cómo no voy a querer vivir… ¡Claro que quiero vivir!” (extraído de la revista Lamás Medula)
Bustriazo Ortíz en su intervención en el Festival de Poesía de Rosario. 30 de noviembre de 2008.
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