viernes, 29 de octubre de 2010

El cadáver invisible

Hay un detalle que no se nos puede escapar, y que valdría la pena describir después de detectarlo. Las exequias del ex presidente Néstor Kirchner han revalorizado el rol de las masas en el campo simbólico, pero esto se dio, a diferencia de las despedidas de otros ex mandatarios (Perón, Alfonsín), sobre los restos de un muerto invisible. No recuerdo un presidente que haya sido velado a cajón cerrado, clausurada su imagen para el universo colectivo, él y su traje final, en un féretro que nada dice salvo su poder metafórico incrustado en la visibilidad de aquellos que fueron a despedir a un ex jefe de Estado, por fuera del control teledirigido de los medios. Estaban, existían. La gente que despidió a Kirchner no se encontraba exiliada, sino que fue todo lo visible en la proporción de que, durante mucho tiempo, fueron rehenes del sentido común de una habitual mirada liberal de la política. Se trató de una genuina expresión de agradecimiento al santacruceño, y a la vez una valedera demostración de fuerza para con Cristina. No había un muerto que observar, ni tocar, sino el pleno poder simbólico de un fenómeno que desbarató la proyección inicial de la muerte de un ex presidente.
Lo que fueron a contemplar no fue un cadáver, porque lo que buscaban era una representación de las fuerzas ocultas que cualquier pueblo guarda para sí. El féretro sin cadáver consiguió focalizar la libido cultural en el deudo, es decir, la presidenta de la Nación. Fueron por Cristina a través de Néstor. Podría tratarse de un episodio mediúmnico, esa transferencia inmediata que el peronismo consigue plasmar sin interferencias, y que las miradas más cerradas llaman "populismo". Da la impresión que asistimos a la visibilidad del modelo, del proyecto que, por lo general, nunca se hace presente porque las entelequias no se hacen presentes. Y justamente porque no se trata de una entelequia es que el cuerpo sin cuerpo logra vehiculizar las emociones. Tal vez fuimos testigos -gente aliada al gobierno, los que no y los indiferentes- de una mayéutica, que es el arte de partear porque, como diría Octavio Armand, ese gran poeta y ensayista cubano, lo mayéutico "no condena ni encadena: ayuda a que nazcan las ideas, las libera". Y el adios a Kirchner revalidó aquello de que la política no sólo es cambiante, sino que tiene su temperatura. Aquí siempre se da una confusión colosal: "la realidad es cambiante", algo así como imponerse a ese absoluto bajo una fórmula azarosa. La realidad se construye con los actos; el poder simbólico es la contraoferta a esa realidad que termina en regateo. Y en el regateo, el poder simbólico siempre gana, porque es poco maleable, porque está alejado de la hermenéutico, y porque su condición necesaria es la progresión, es decir, la estructura metonímica a pleno. Lo que vimos es peronismo, aunque todos los actores no sean peronistas. Hablo de la mecánica, de su heterodoxia de sentido. Es cierto que siempre existen contradicciones que parecen insalvables, pero cuando mueve contamina todo. Cada vez que sucede algún hecho de este tipo pienso en el shock post-traumático de la sociedad, y en esa frase de De Rougemont, citada por José Emilio Pacheco en un poema de Irás y no volverás (1972), donde define a una manera de amar como "la posesión por pérdida". Y esa parece ser una de las conclusiones inmediatas de la despedida de un líder como Kirchner: en la pérdida existe la pertenencia.

jueves, 28 de octubre de 2010

Como una muerte de la que todos hablan

En la escena incial de Paris Texas, un film de Wim Wenders, un nómada atraviesa el desierto del Mojave con el corazón roto en busca de un lugar deshabitado, pero propio. De pronto, irrumpe sediento en un almacen de mala muerte, abre la heladera, saca una cubetera y se llena la boca de hielo, todo en forma desesperada, afanosa, y con los modaldes del caso. Tras ingerir los rolitos abre amplios los ojos y cae, fotogramas mediante, desmayado. Algunos aseguran que el choque entre el oxígeno del agua, la temperatura de los cubitos y la torpeza quie lleva una deglución con sobresaltos, puede llevar a un colapso de proporciones. En el caso de Travis, el protagonista de la película, el camino sigue, el hombre se puso de pie y echóse a andar. Me gusta pensar que ese fue el final físico de Kirchner, que jugó sus últimas fichas en cruzar su desierto repleto de dificultades, que pensó todo ese tiempo en cómo llegar a determinadas metas, cómo las fue cumpliendo y qué cosa -no un amor quebrado, sino, literalmente, un corazón roto-, qué cosa habría de hacer cuando se llegara al objetivo. Eso no sólo es previsión, sino funcionamiento y proyecto. Tal vez Kirchner no estaba desesperado como Travis, sino que sólo manifestaba con sus insert una manera de vincularse con el otro. Pienso en esto: la política como manera de intervenir. Sé que parece una verdad de perogrullo, aunque lo cierto es que la política, hace rato largo, había dejado de ser ese sitio donde intervenir. Parecía evidente, después de la wast land de la década del 90, que el próximo presidente daría un fuerte impulso no sólo al rol del Estado sino al de la clase política. Sin embargo, y ahí puede medirse la envergadura de la muerte de este tremendo político que fue Néstor, nadie en su sano juicio hubiese pensado que lo que era un nuevo borrón y cuenta nueva era, sin duda, un salto hacia adelante. Por eso la presidenta habla siempre de relato: porque se trata de una historia con subidas, bajadas, idas y venidas, pero que no encuentra obstáculos en su desarrollo, y si con ellos se topara, los eludiría sin miramientos. Ese es el funcionamiento que se puso en marcha: correr la suerte del relato. ¿Hace cuánto que en Argentina no se corre la suerte del relato? Es en ese punto donde uno se pregunta que, si vivir es una diaria resurrección, ¿por qué no pensar esa operación de acuerdo a la muerte? No es tan sencilla la tarea. Porque la muerte individual obliga a la resurrección colectiva, y ese mecanismo es menos fiable, más dramático, aunque si funciona es tremendamente revolucionario. Y cuando Néstor Kirchner pudo darle aire a la política también demostró los límites de la suya. Por ese mismo don inapreciable de la imprevisibilidad, es que Kirchner finalmente será recordado como un estadista. El estadista no es aquel que sólo proyecta el futuro de un país o es consecuente con un modelo a largo plazo, alternancia política mediante; también es un animal sorpresivo que parece que irá a mordernos, pero de a poco se nos acerca y pregunta ¿qué necesitamos? en vez de hacer lo previsible, que es echarse un ladrido y desparramar la tropa ajena. La muerte es una posibilidad del ser que el ser-en-sí tiene que asumir, decía Heidegger, casi como una máxima para conocer si en verdad el "maestro de Alemania" hablaba o no de la muerte. Vaya uno a saber. En ese sentido, el ex presidente lo hizo, al decir en infinidad de ocasiones: "de acá me sacan muerto". Y como Travis, Kirchner busca obcecadamente la verdad para el otro (en el caso del film, su hijo), para después perderse, lagrima rodando por la mejilla, en la soledad de la noche. No sé si existe un himno más perfecto que alegorice el desprendimiento. Se me ocurrió éste. La Argentina se ha quedado negra y sola, para parafrasear aquel comienzo de Argentino hasta la muerte, de César Fernández Moreno. Negra y sola, pero por poco tiempo.

jueves, 21 de octubre de 2010

¿Qué cosa es una toma de conciencia?

1. Ahora es el momento, el cuándo del quantum, lo que debiera tener un sentido unido a la razón como la razón sentido para la acción. Hoy es el día [el hoy de un presente continuo, que se hace futuro a la vez que se borra e invierte en favor del pasado] y por ese motivo habrá que acelerar los plazos, los fundamentos de la acción. La pregunta: ¿quién se mueve para inventariar la acción en puro funcionamiento de masas? Intento 1: Leer el segundo capítulo de Masa y poder, de Elías Canetti.


2.
Cualquier muerte nos llena de interrogantes, pero sobre todo disloca la capacidad de toma de posición. El pibe Ferreyra no sólo nos desacomoda, sino que vemos perturbada nuestra única virtud construida en democracia: la necesidad de pertenecer a una lucha. Cada asesinato de este tipo es un atentado al nosotros, porque nos devuelve al refugio de nuestras ideas que, por lo general, no fueron renovadas en tiempo y forma. Por eso, porque tener conciencia de lo que ocurre es un valor renovable, es que creemos que la democracia está amenazada, cuando lo que emerge de esta brutal liquidación de un chico de 23 años, es la agonía del procedimiento. El gobierno surgido en 2003 y después seguido en 2007, pueden leerse como gobiernos de transición, pero no una transición refundadora, sino un pasaje hacia los basamentos de una democracia perforada por los diagnósticos. Lo que vemos, lo que padece la familia Ferreyra [y Elsa Rodríguez, con un balazo en la cabeza], es el fin del diagnóstico. No se puede vivir auscultando la sociedad como si esta soportara mucho tiempo más un zarandeo de este tipo. Intento 2: Leer Los tigres de la memoria, de Juan Carlos Martelli.


3.
Ahora le caen, como aerolitos, contra el sindicalismo. Hay que diferenciar, pero es tarde: NADIE QUIERE DIFERENCIAR. La actividad sindical está vista como una mecánica mafiosa, demoníaca, cuando debiéramos recordar que fueron justamente los trabajadores quienes rompieron el cerco del silencio en la dictadura para dar luz a la democracia que puso al frente a la UCR, después de haber colaborado con más de 300 intendentes en épocas oscuras. Por supuesto, no creo que este sindicalismo sea homologable al de los 70 y al de principio de los 80, pero demonizar con la información de superficie es ser permeable a la manipulación informativa. En este momento estoy viendo TN (por favor, no banalicemos: veo sólo un canal de noticias) y su videograf: MARCHA POR MARIANO. Ahora, el grupo Clarín está profundamente interesado en la vida de un militante de izquierda? Es una novedad que no debe pasarse por alto. Lo que no debe también pasarse por alto es qué cosa se propone en ese tipo de información, ese título que es equiparable a la muerte de cualquier chico en boliche de Los Hornos, un caso de gatillo fácil o un derrumbe minero. Ferreyra no es un caso de inseguridad, sino una resultante de una fórmula imprescindible, desde Rucci hasta acá: el odio al progresismo.


4.
Lo que quiso hacer la gente del campo, del periodismo y parte del empresariado, fue traducido por la violencia de esa mafia lumpen. Siempre, una expresión de intereses necesita de su brazo armado, en forma conciente o de idiotas útiles. Cuando la sociedad cree que toma conciencia con relación a la muerte de Mariano Ferreyra (del que no conocen nada e intentan saber poco), están convencidos que este asesinato es una nueva oportunidad para reafirmar sus creencias. Nada de eso: la muerte siempre es un suceso individual; el proceso colectivo es armar una sociedad mejor, sin mezquindades ni especulaciones de baja estofa (Pino Solanas y Vilma Ripoll, en lo de Mirtha Legrand: si eso no es una derrota, cuál, entonces?).


5.
Lo último: investigan el accionar de la Policía Federal en los sucesos. Ya SABEMOS qué cosa es la policía. Eso sí, -otra vez- cuidado con los idiotas útiles (Pino, Vilma, etc.), porque detrás de todo esto avalan que por PRIMERA VEZ SE REPRIMA para justificar convicciones propias (me refiero a la búsqueda de un título: "Gobierno represor"). No hay peor progresista que el que cree que le quitaron las banderas que nunca enarboló, o que cierta vez llevó adelante con la convicción de un juguete difícil de desarmar. Falso de falsedad absoluta.

jueves, 14 de octubre de 2010

Cuando la política se vuelve un conejito de Indias

Mientras los mineros chilenos y un boliviano son extraídos del más hondo de los hondos de los suplicios, Cobos hace de nuevo de las suyas. Es decir, se regenera a sí mismo, esta vez sin titubeos, e instala para sí una chance electoral. Con el voto positivo en favor del 82 por ciento móvil no sólo posiciona un escenario virtualmente derretido por la falta de producción política en la oposición, sino reinventa una coreografía de disputa que estaba alejada desde mitad de 2008, después del conflicto de la 125. Creer que este proyecto es inviable, no es acompañar a rajatabla lo que exhiba el gobierno, sino decodificar la ausencia de argumento de esta iniciativa desde bloques heterogéneos. En los discursos de los senadores opositores no trascendió ningún argumento creíble (en verdad, todos muy vagos) sobre el financiamiento de este beneficio que desean los jubilados, con razón, desde hace más de 40 años. El fondo de la ausencia de financiamiento es el desfinanciamiento del Estado. Nada se habló de la desproporción que habrá entre los salarios mínimos y los más altos, que serán extremadamente altos, con lo que se estará ante un escenario de menor distribución salarial. Afirma la oposición que si el ANSES tiene superávit, este debe utilizarse para pagar los aumentos de la clase pasiva; la asignación universal por hijo, dice again la oposición, se puede pagar con el cobro de la "renta financiera". Esta oposición, que jamás planteó semejante cosa porque nunca estuvo en su espíritu, desea correr por izquierda a un gobierno que siempre se plantó desde el progresismo. Es una toma de posición pero también de reconocimiento de que las medidas que ha tomado el Ejecutivo, en materia previsional, son las más equitativas y arriesgadas de los últimos años. Lo saben, y por eso mismo, deben descabezarlas. El senador Gerardo Morales se atrevió discutir los porcentajes del impacto de la asignación por hijo, diciendo que con esta nueva redistribución, el beneficio que ellos jamás imaginaron podrá hacerse mejor. Extraño en alguien que encarnó a un gobierno que limpió de un plumazo el 13 por ciento del salario de los jubilados y los estatales, para más tarde huir dejando 35 muertos. ¿Por qué ahora lo harían mejor? Porque justamente, no pueden hacerlo mejor. La oposición intenta gobernar el país desde el 2011, pero para llegar a eso deben gobernar a partir de ahora. Los proyectos que intentan aprobar en ambas cámaras son parte de las políticas que siempre sostuvieron, y como son perfectamente conscientes de que caen en el fracaso, ahora aprendieron que esas políticas las debe llevar el gobierno de turno, opositor a ellos. Para formular propuestas, el sector opositor debe probar qué capacidad de daño pueden llegar a tener: ya conocen los alcances del error en el poder. La oposición no quiere sólo marcar agenda, sino que se lleve adelante su programa a través de un gobierno con distinto pensamiento económico, con tácticas políticas contrarias al sector opositor y que a la vez experimente costos electorales ajenos. El resumen estratégico sería el siguente: Si querés llegar al poder, debes gobernar antes, durante, pero no después. Ese es el axioma de la oposición y eso es lo que estamos observando. No hay después cuando no existe política. Los años han vuelto a cierta clase de dirigentes mucho más cínicos de lo que imaginábamos. Y si el costo será el veto, así será. Comienza la temporada de caza y habrá que ver qué nuevas estrategias tiene el oficialismo para producir política. Con las viejas, ya no alcanza.

sábado, 9 de octubre de 2010

Los mundos de Arno Wołica (10)

Arno Wolica interpretando un fragmento de una obra de culto de Guillermo Estévez Boero, junto al Teatro Negro de Praga. Única y última experiencia de ese tipo. Bratislava, 2005.
Después de meses sin dar señales, y menos de vida, Arno Wołica volvió a editar un poema, esta vez en un pequeño periódico universitario de Varsovia. El texto relata una velada, de aquellas en la que a veces participamos, y donde el visitante es vampirizado por un anfitrión con el sólo objeto de lanzar una catársis inesperada. Preguntas profundas, reflexiones antojadizas, justo en el momento en que el invitado tiene en mente sólo pasarla bien y olvidarse de algunos malos tragos. No siempre eso sucede. Arno consigue, como casi siempre, que lo banal sea universal, aunque sea un momento.


VISITA INADECUADA

(Odwiedź nieodpowiednie)

“¿Puede vivir sólo sin imaginación?
¿No tiene nada que decirme?” El jueves
vino a hablarme Wladislaw Tadeusz
sobre un asunto de la mayor importancia
Tengo necesidad de que me humanicen
pero no a costa de un gran discurso
Y menos esa noche La idea de algunas
personas de arrancarle aplausos a una platea
invisible En nada lo aprecio y además
carece de gusto por lo clásico Anoche
lancé gases durante la hora y cuarto
que duró la peroración Más tarde brillé
en un salón de baile con tal presión
retórica que a la vez que despedía chispas
me sumaba a un desconcierto de mucamas
oculto en un hotel de sindicato Querida
amiga: después de perder trenes en todos
los empalmes posibles pude al fin verte
y pasar la noche aquí Para qué más horas
en hoteles solo Cada vez que lo preguntas
no obtengo salida conveniente
Dejemos eso para más adelante